Mañueco 'convence' a Carnero para que se mida con Puente en Valladolid

«Si no me lo llega a pedir, seguiría ejerciendo mi responsabilidad actual», que no es otra que la de consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León. Son palabras pronunciadas ayer por Jesús Julio Carnero en su presentación como candidato a la Alcaldía de Valladolid para las elecciones municipales del 28 de mayo. Un acto muy diferente a los que se han producido en las otras ocho capitales de provincia. En esta ocasión, la sede autonómica del PP fue el lugar elegido y el presidente del partido en la Comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, el encargado de hacer los honores. Así que en este escenario, el «amigo Alfonso» y el «amigo Jesús Julio», como ambos repitieron, escenificaron la decisión final, la de medirse al socialista Óscar Puente después de meses de especulaciones y quinielas. «Es el mejor de los miembros del PP y el mejor de las personas de Valladolid para ser alcalde», dijo Mañueco del elegido, para quien «ha dado el paso más importante de su carrera política porque no hay nada más bonito que ser alcalde de tu ciudad». Reconoció, eso sí, que «pierdo un colaborador» que está realizando una labor «excepcional», pero «la política es vocación de servicio público y Valladolid te necesita».

Más o menos, que 'son lentejas' vino a decir Mañueco a un Carnero que se definió como «hombre de partido» y repitió una de sus citas habituales: «Ni pedir, ni rehusar» (Calderón de la Barca). Así que aceptado el nuevo cometido, el candidato a la alcaldía de Valladolid anunció su intención de poner «toda la ilusión y fuerza», pero también «todo el sacrificio para representar a un Valladolid que recoja todo el bagaje de los anteriores alcaldes».

Surge ahora una nueva incógnita: cuándo abrirá Mañueco la crisis de Gobierno en la Junta de Castilla y León con el cese de Carnero y el nombramiento de un nuevo consejero para la cartera de la Presidencia. «La decisión es suya», matizó el candidato aunque, al mismo tiempo, sugirió que puede permanecer en el Ejecutivo autonómico hasta el momento en el que tome posesión como concejal, dado que la ley lo permite. Más aún, «la Consejería de la Presidencia tiene la gestión de la administración local y eso también incluye a la ciudad de Valladolid», apostilló.

Tampoco Mañueco quiso mojarse y fijar plazos para sustituir a Carnero, cuya designación reconoció que «se ha resuelto en las últimas horas» y que con ella «he recogido el sentir de la ciudad de Valladolid». Advirtió, además, que «ya no hay vuelta atrás al Gobierno regional», en la hipótesis de que no consiga ser alcalde. No cree, sin embargo, que la tardanza en tomar una decisión haya trasladado la imagen a ciudadanos y militantes de que el PP no encontraba candidato. Tampoco es consciente, según dijo, de que esa esté siendo la interpretación en los «foros» políticos.

El propio Jesús Julio Carnero fue el que ayer lanzó la noticia vía twitter: «A propuesta de mi presidente, Alfonso Fernández Mañueco, seré el próximo candidato de mi partido a la Alcaldía de Valladolid». Meses llevaba evitando lo inevitable. En una encuesta 'fantasma', que nadie ha visto pero de la que todo el mundo habla, que realizó el PP de Castilla y León con media docena de opciones, era el mejor valorado. La senadora Mercedes Cantalapiedra; el director general de Atención a Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid, Ignacio Tremiño; la concejala y candidata en 2019, Pilar del Olmo, o el diputado Eduardo Carazo, fueron perdiendo fuelle a medida que pasaban los meses hasta llegar a final de año con la única convicción de que ninguno de ellos sería el elegido, mucho menos un independiente, como se llegó a proponer, lo que puso en pie de guerra a buena parte de los populares de Valladolid que rechazaban buscar fuera lo que no se encontraba dentro.

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Porque en lo que sí había unanimidad era en que sólo Carnero podía tener opciones para arrebatar la alcaldía a Puente y así lo proclamaba el presidente provincial del partido, Conrado Íscar. Sin embargo, ni el elegido estaba dispuesto a renunciar a su carrera en la política autonómica, ni Mañueco quería prescindir de quien no sólo es su consejero de la Presidencia sino, sobre todo, el enlace con Vox, con la labor, nada fácil, de mediar entre los dos partidos y ser la voz serena y templada cuando los integrantes de la formación de Abascal se despachan con polémicas declaraciones o con iniciativas difíciles de asumir para el PP.

Así que finalmente se ha impuesto la lógica y, aunque a regañadientes, Jesús Julio Carnero abandonará la política autonómica a la que dio el salto en 2019, después de haber sido durante ocho años presidente de la Diputación de Valladolid, mandato que acabó por la oposición de la dirección nacional del PP, entonces bajo la órbita de Pablo Casado, y el empeño de su secretario general, Teodoro García Egea, a que siguiese al frente de la diputación. Se abrió entonces la puerta de la Junta para convertirse, hasta la abrupta ruptura del gobierno de coalición, con Cs, en consejero de Agricultura y después, ya con Vox, de la Presidencia.

Precisamente, el actual presidente de la institución provincial, Conrado Íscar, dijo de Carnero que es «el mejor candidato al servicio de todas las personas» y le agradeció el «eterno compromiso» con el partido en la provincia. Pilar del Olmo, actual concejala y candidata en las elecciones de 2019, le dio su «más sincera enhorabuena» y auguró que será «un excelente alcalde» para la ciudad, al tiempo que se puso a su disposición «para lograr los mejores resultados en las urnas». A ella agradeció Carnero, precisamente, su labor como jefa de la oposición en los últimos cuatro años.

En cambio, para la secretaria de Organización del PSCL, Ana Sánchez, Carnero es candidato «a rastras» después de que «ha dicho por tierra, mar y aire que no quería ser alcalde, y tiene a alguien enfrente para quien Valladolid es su vida», en referencia a Puente.