punto de vista
Pensar en comunidad
Cuando Tudanca dice que Mañueco quiere que Sánchez sea el presidente efectivo de Castilla y León, le está negando la capacidad de ser reivindicativo en favor de la comunidad y esa no es la tarea de la oposición.
No hay tregua este verano. Los incendios marcan la agenda de la comunidad en todos los ámbitos y tiñen de negro no solo el paisaje, sino el futuro de muchos de nuestros pueblos. Mientras se discute sobre política, me da la sensación de que se ... pierde la capacidad de unir fuerzas para buscar soluciones inmediatas. Es algo que ya está metido en la vida política española, enfangada en marcar las diferencias como la gran prioridad, en vez de buscar las afinidades que nos harían más fuertes. Por eso hay tanto desapego a la política, porque primero se discute, se descalifica, se insulta, y luego se dice buscar soluciones. Nada hay en el horizonte que nos permita vislumbrar algún cambio, aunque los ciudadanos muestren cada vez mayor desapego a la política y a los políticos.
Se cerrará el mes con la entrevista entre Pedro Sánchez y Alfonso Fernández Mañueco en la Moncloa. Ha tardado el presidente del Gobierno en recibir al de Castilla y León, pero por fin ha llegado el momento. Ha tratado Mañueco de llevar una postura de comunidad, algo que hoy parece imposible por la bronca permanente en la que estamos instalados. Pero es que además en el contacto previo a la reunión, el jefe de la oposición ya se ha encargado de descalificar todo lo que el presidente de Castilla y León lleva en la agenda. Cuando Tudanca dice que Mañueco quiere que Sánchez sea el presidente efectivo de Castilla y León, le está negando la capacidad de ser reivindicativo en favor de la comunidad y esa no es la tarea de la oposición. Sabemos que los partidos nacionales rinden culto al jefe de Madrid siempre, y ya comprobamos que el efecto es que cada vez tomen más cuerpo las opciones localistas, pero es que en este caso hay muchas razones para ser reivindicativos, porque bien por la dependencia política del Gobierno o por convencimiento, Sánchez prima con mayor generosidad a otras regiones españolas. Es un hecho que las decisiones de ámbito nacional también benefician a Castilla y León, ¡faltaría más que no fuera así!, pero cuando de lo que se trata es de priorizar, nuestra tierra no está entre las preferencias de la Moncloa. Por tanto, sí que hay muchas cosas sobre las que hablar y sobre las que reivindicar, propuestas y proyectos de futuro, más coordinación, infraestructuras que se eternizan, igualdad de trato en la Ebau y tantas y tantas cosas. No reclamarlas sería hacer dejación de funciones.
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