PUNTO DE VISTA
Nubarrones
Me temo que las diferencias entre PP y Vox se van a incrementar ante la tensión electoral que ya tenemos encima

Pendientes en la tarde de ayer del mini cara a cara entre Sánchez y Feijóo en el Senado, arranca el curso político bajo el signo de la incertidumbre. Incertidumbre económica sobre todo, pero también incertidumbre política, porque el escenario nacional se ha convertido ... ya en un gran plató para una precampaña electoral permanente que tiene dos estaciones en el 2023, junio para las elecciones municipales y autonómicas y diciembre para las generales. Mientras tanto, aquí, en Castilla y León, sin estar ajenos a ese escenario, sigue la vida en las instituciones locales y regionales tras un duro verano y con la esperanza de encontrar el equilibrio entre los propios intereses y los del partido nacional de turno. En los ayuntamientos gobernados por el PSOE, se vive la incertidumbre de un partido nacional a la baja y la buena posición de sus candidatos locales, porque existe el temor de que sean ellos quienes reciban el castigo electoral que hoy dibujan todas las encuestas para Pedro Sánchez. En la Junta, aunque se da por hecho que no habrá elecciones regionales el próximo año, nadie oculta que las aguas bajan revueltas y que se palpa, de forma cada vez más creciente, el equilibrio inestable del pacto PP-Vox y la duda de como lo que aquí suceda, pueda afectar a las estrategias nacionales de ambos partidos. La convivencia, que no está resultando nada fácil, trata de sortear la falta de sintonía de los actores, unos empeñados en trabajar en la gestión y los otros ideologizándolo todo y empeñados en abrir problemas donde no los había. Un ejemplo evidente es la propuesta de cambiar la fiesta del 2 de enero por la del 25 de julio, sólo con la idea de que es el patrón de España y una comunidad como ésta debe celebrarlo, como si Castilla y León se hubiera cuestionado alguna vez su visión de España como nación.
Así las cosas, me temo que las diferencias entre PP y Vox se van a incrementar ante la tensión electoral que ya tenemos encima, y supongo que tendrá que haber golpes de autoridad del presidente si no se quiere proyectar y amplificar la imagen de dos gobiernos, con dos mandos y centrado más en las disputas internas que en la solución de los graves problemas que vamos a tener que superar. El escenario se prevé tan grave que la responsabilidad exige trabajar en equipo y no excitar las diferencias.
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