Zubizarreta, el ex ACB que sufrió bullying: «Todo empezó como una broma»

El exjugador de baloncesto apuesta por acabar con la ley del silencio para hacer frente al acoso escolar

El ex jugador de baloncesto Zubizarreta, Jose Francisco Delegado de la Junta en Castilla y Leon, Enrique Cabero Presidente CES, Arturo Barral Subdelegado del Gobierno en Ávila ICAL

ABC

El exjugador de baloncesto, Iñaki Zubizarreta apuesta por acabar con la ley del silencio para hacer frente al 'bullying ' durante un encuentro con 114 escolares de Ávila, a través de una jornada organizada por el Consejo Económico y Social de Castilla y León (CES), que cumple 30 años, además de contar con la colaboración de la Fundación Ávila.

En su opinión, hay que romper esos silencios porque no son elegidos, son impuestos por gente que no tiene en consideración a las personas. Además, ha planteado utilizar para ello la palabra, «si es positiva te hace crecer», pero «si es negativa te destruye». Su historia ha servido para que los chavales apenas pestañearan en la primera parte de un encuentro que después se abrió a preguntas.

Zubizarreta ha vivido en sus carnes y siendo un niño el acoso escolar en su máxima expresión , un acoso que le llevó a ponerse al borde de un acantilado al que le empujaron las palabras, ésas que hacen más daño que los puños, aunque de estos también hubo en su trágica existencia y siendo muy niño.

La historia de acoso escolar comenzó a vivirla con once años, en Primaria. Su gran estatura fue la «excusa» de unos cuantos para empezar a hacerle sufrir hasta la destrucción que por suerte salvó «in extremis». Pensar en su familia le llevó a levantarse, una familia que antes de que él viviera las consecuencias de esta lacra, había vivido la pérdida en un mismo día de dos de sus hermanos ¿Cómo se repone una familia a eso? Y por qué darles el disgusto a sus padres de perder a un tercer hijo en tan corto espacio de tiempo. Eso le salvó y el deporte también . Ahora quiere hablar de su triste infancia en la que a su yo niño no se le permitió ejercer como tal, se le etiquetó, se le pegó y se le hundió en lo más profundo de un abismo del que logró salir.

Todo empezó como una broma, pero «cuando ésta se mantiene en el tiempo se convierte en pesadilla». Así fue en el caso de Zubizarreta. Este lunes un centenar de niños fueron testigos de aquello y a ellos les dejó algunos asuntos sobre los que al menos reflexionar: el poder de la palabra, de las redes sociales, que han hecho que el acoso escolar se convierta en un tema social que «se nos ha ido de las manos», con esos teléfonos detrás de los cuales hay personas a las que a veces se les empuja hacia el suicidio que, tristemente, algunos llevan a cabo porque están destrozados.

Sobre el suicidio, el conferenciante dijo que lo que indican es que hay una persona «desesperada» o lo que es lo mismo «sin esperanza». Zubizarreta con sus más de dos metros de envergadura lo sufrió. Como decíamos su estatura (heredada de sus padres) fue el detonante, la excusa: con 12 años medía 1,82 metros; con 14, 1,98 y con 15, mas de dos metros. ¿Suficiente para destrozar una vida? Desde luego que no. Ahora este ‘gran hombre’ conciencia sobre un asunto sobre el que sin duda hay que reflexionar. No son cosas de niños...

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