Empresas
Zamora aspira a tener el mayor ranario de Europa
Una explotación acuícola cría los primeros ejemplares de batracio en cautividad de España
El proyecto puesto en marcha hace siete años por una pareja de emprendedores asentados en Zamora ha iniciado su metamorfosis. Lo que inicialmente fue una empresa especializada en la comercialización e importación de ancas de rana de calidad ha dado sus primeros pasos para convertirse en el mayor criadero de ranas de Europa. La iniciativa, en consonancia con las nuevas directrices europeas, requiere un bajo consumo de agua -muchísimo menor que el de cualquier ganadería por kilo de carne producido-, tiene unas emisiones de CO2 ínfimas y admite la posibilidad de replicarse en el entorno, con nuevas ‘granjas’ de ranas que creen empleo y asienten población en el medio rural.
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Por ello, los promotores de Grenoucerie han llamado a las puertas de los fondos europeos para lograr financiación para una ambiciosa iniciativa de emprendimiento innovador y sostenible que tiene en la ranicultura su fórmula de éxito. Supone una inversión de 35 millones de euros en los próximos dos años y pretende asentar en Carbellino (Zamora) el mayor criadero de ranas de Europa, con la producción de dos millones de ejemplares al año, que en un futuro podrían multiplicarse por diez.
Primeros pasos
La emprendedora y gerente de Grenoucerie, Paula Echenique, explica que la idea comenzó a tomar forma hace siete años con el objetivo de tener una empresa cien por cien sostenible en la especialización gastronómica de las ancas de rana, y para ello dieron los primeros pasos a través del canal comercial como forma de reinvertir para llegar al objetivo final de la producción.
De la carne de rana que se consume en Europa, apenas un uno por ciento se produce en Francia y el resto se importa de países externos a la UE. Pese a la complejidad de los batracios como animales anfibios vertebrados, con una parte de su vida terrestre y otra acuática, y las divergencias surgidas entre si se trata de ganadería o acuicultura a la hora de optar a subvenciones, el criadero de ranas de Carbellino ha logrado financiación europea, primero a través de fondos Feder para fortalecer el canal comercial y la internacionalización, y luego para inversiones productivas de acuicultura.
El modelo productivo busca domesticar el animal y digitalizar todo el proceso para hacer del criadero una granja inteligente que luego pueda replicarse. «Nuestro modelo de negocio busca generar pequeñas integradoras», explica Paula Echenique, quien recuerda que este tipo de criaderos son «instalaciones económicamente adaptables, para las que no se necesita mucha cualificación, ni fuerza física o destreza para llevar a cabo la cría». Por ello, ven en los nuevos fondos europeos una oportunidad para «escalar ese modelo y buscar nuevos emprendedores que se quieran sumar a este tipo de cultivos».
Autóctonas
Por su parte, Adrián Villaverde, el responsable comercial de la empresa, explica que a diferencia de otros importadores de ancas de rana existentes en España, Grenoucerie se centra más en la calidad y se especializa únicamente en este producto. En un futuro, pretende sustituir la rana que ahora importa por otra producida en Carbellino en el que será el mayor ranario de Europa. Para ello, ha dado ya el primer paso al producir en esta localidad las primeras ranas españolas autóctonas de criadero y en poco tiempo estarán en el mercado para sustituir las ancas importadas.
Como aperitivo, para dar a conocer las propiedades culinarias de la carne de rana, Grenoucerie ha organizado con la colaboración de la asociación de hostelería Azehos unas Jornadas Zamoranoleonesas de las Ancas de Rana en las que participan una treintena de bares y restaurantes de trece municipios de ambas provincias que ofrecen distintas elaboraciones, desde croquetas, hasta piruletas croacantes de ancas de rana, sin olvidar platos más tradicionales como las ancas a la bañezana. Un negocio a pedir de boca.