Los sindicatos acusan a la Junta de «perder la moderación y entrar en la radicalidad»

CCOO y UGT advierten de que no aceptarán «pacíficamente» que se eliminen ayudas

Baja participación en unas celebraciones atípicas, limitadas por las medidas anti Covid

Un millar de personas se dieron cita este sábado en Valladolid F. BLANCO

Montse Serrador

No fue el de ayer un Primero de Mayo al uso, como no lo es casi nada de lo que se celebra desde marzo del 2020 cuando el Covid irrumpió en nuestras vidas. Las manifestaciones convocadas por los sindicatos, se tornaron en algunos casos en concentraciones para evitar aglomeraciones y poder respetar las distancias de seguridad, según los convocantes. Y la verdad es que aglomeraciones no hubo porque, incluso en Valladolid, donde suele ser la más numerosa, se dieron cita unas 500 personas, según fuentes de la delegación del Gobierno. Tampoco existió la algarabía habitual de la celebración, al menos en la capital vallisoletana, donde gracias a una batucada la concentración cogió un poco de ritmo hasta que los responsables autonómicos de UGT, Faustino Temprano, y Vicente Andrés, CCOO, llenaron el paseo central del Campo Grande con sus intervenciones.

Entre los asistentes, los habituales a la cita, dirigentes del PSOE, desde el secretario autonómico del partido, Luis Tudanca, hasta el delegado del Gobierno en la Comunidad, Javier Izquierdo, pasando por el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, este último, por cierto, exquisitamente ataviado, corbata incluida, para acudir después a la presentación oficial de la Cofradía del Rocío. El otro líder autonómico de la izquierda, el responsable de podemos, Pablo Fernández, participó en la manifestación de León donde se dieron cita unas mil personas. En total, en toda la Comunidad salieron a la calle unos 4.000 ciudadanos , según fuentes oficiales, aunque los organizadores elevaron la cifra a 14.000.

En la capital vallisoletana, como en la mayoría, no se oyeron consignas (la mascarilla no lo puso fácil) y tampoco hubo demasiadas pancartas. La principal se abrió en el escenario antes de los discursos: «Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora». Otras dos hacían referencia al «abandono de la Junta» a las plantillas de hostelería, turismo y ocio, y al conflicto de los empleados de Correos con la administración central. Banderas de los sindicatos, alguna bata blanca y poco más.

Los actos reivindicativos sirvieron para reconocer la labor de los trabajadores, especialmente los que pertenecen a los servicios esenciales, durante la pandemia, así como para recordar a los dos periodistas asesinados en Burkina Faso, Roberto Fraile y David Beriain . Después, hubo dos consignas: la primera, la derogación de la reforma laboral, una exigencia, sin crítica, al Gobierno de la nación para derogar la reforma laboral «de Rajoy» que, según Vicente Andrés, no puede continuar con un Ejecutivo de izquierdas. La segunda, en un tono bastante más elevado, tuvo por destinataria a la Junta como consecuencia de las discrepancias que se mantienen en el seno del Diálogo Social , en especial con el Plan de Empleo y la exigencia de los sindicatos de que se mantenga la ayuda a los trabajadores en ERTE. En este punto, el responsable de CCOO acusó al Gobierno autonómico de «perder la moderación y entrar en la radicalidad con la gente que más sufre». Según Vicente Andrés «no hay razones económicas ni políticas para quitar esta ayuda a los trabajadores que perciben 600 o 700 euros, cuando acaban de eliminar el Impuesto de Sucesiones, que beneficia a los que más tienen, y han aprobado los Presupuestos más altos de la historia». Por ello, advirtió de que los sindicatos «no pueden aceptar pacíficamente que se acabe con una ayuda que lleva doce años; no nos vamos a quedar parados». Durante su intervención en el escenario, el responsable de CCOO reclamó la creación en las Cortes autonómicas de la comisión de investigación sobre las residencias, tal y como pretende el PSOE y apoya el resto de la oposición.

Por su parte, el secretario regional de UGT, Faustino Temprano, instó al vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, y la consejera de Empleo, Carlota Amigo, a «abandonar las declaraciones públicas y sentarse para llegar a acuerdos» . En este punto, recordó que «hay mesas avanzadas y faltan las de Políticas Activas de Empleo, que son competencia del Gobierno de la Comunidad, y que han demostrado, mes a mes, que son un completo fracaso». «Tienen la responsabilidad de cumplir con los ciudadanos», exclamó.

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