Fernando Conde - Al pairo
Volveremos a perder
Echarle la culpa del desmadre al actual gobierno es una actitud reduccionista e injusta, porque la culpa es de todos los gobiernos de la democracia
A riesgo de hartar al lector -que a buen seguro ya lo estará-, a esta columna le gustaría aportar algo más sobre el famoso «procés» catalán, pero también y ante todo, sobre las consecuencias que acarreará a la hora de repartir «riquezas» entre las diferentes comunidades autónomas. En primer lugar, echarle la culpa del desmadre al actual gobierno es una actitud reduccionista e injusta, porque la culpa es de todos los gobiernos de la democracia. Del primero, el de Suárez, por acción (el famoso «café para todos» y el guiño constitucional a las «nacionalidades»), y después, de los sucesivos gobiernos por omisión o permisión (transferencia de las competencias educativas, como ejemplo lacerante) y, en algún caso concreto, por absoluta estulticia.
Así, ya de poco vale lamentarse por el agua que corre. Pase lo que pase, el 1 de octubre, el resultado será malo para todos, pero sobre todo para España. Es y será durante décadas ya irreversible que una parte no pequeña del pueblo catalán sienta un odio fraternal hacia el resto de España (les llevan aleccionando con y para ello desde la más tierna infancia). Es irreversible que unos cuantos listillos, metidos a políticos de oportunidad, sigan agitando el sentimiento no ya nacionalista sino antiespañol, porque han hecho de ello su modus vivendi y, sobre todo, su modus «pillandi». Y es irreversible que, una vez más, la falta de inteligencia, de tacto, de sentido común y de empatía del gobierno central acabe derivando en más y mejores prebendas para una de las comunidades autónomas ya de por sí mejor dotadas y, a la vez, más irresponsables en la gestión de recursos.
Y es ahí donde entran en juego el resto de territorios españoles, incluida, claro está, Castilla y León. Porque como poco y tras el «procés», Cataluña obtendrá una vez más -y ya son unas cuantas-, un nuevo paquete de medidas económicas adicionales. Pero la economía es, según la RAE, la ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de recursos escasos; y la clave está en esta última palabra porque, si los recursos son escasos, lo que se mete en un saco ha de quitarse de otro. Y en esto, una vez más y ya son... ¡enésimas!, las que paguen la fiesta serán las comunidades silenciosas, las que tragan con todo, las que no dicen esta boca es mía y, sobre todo, las que no sufren tan cíclicas como rentables crisis de identidad. Y en ese saco la comunidad señera es sin duda Castilla y León. Así que, preparémonos de nuevo porque el 1 de octubre los castellano y leoneses volveremos a perder.