La viuda del asesinado en el barrio de La Sal (León) identifica al autor: «No podré olvidar su cara en la vida»

«No podré olvidar su cara en la vida, cuando vino a quitarme el bolso lo tuve pegado a mí con el puñal amenazándome». Así lo aseguró ayer en la Audiencia de León M.E.A., la viuda del hombre asesinado en el barrio La Sal de San Andrés del Rabanedo (León) , y también víctima del robo, en relación al autor de los hechos, al que la Fiscalía pide 27 años de prisión.

La viuda de A.M.G. relató que el 19 de agosto de 2017 habían salido a dar un paseo y, en el momento en que volvían a su casa, en la calle Miguel de Unamuno les adelantó un hombre que «pasó casi al lado» y del que le llamó la atención el atuendo. Le volvió a ver más adelante en un cruce de calles, «parado y mirando para todos lados como si intentara buscar el nombre de la calle». En el momento en que se acercaron «el hombre nos sacó una cosa punzante y grande, nos lo puso delante a los dos y nos dijo ‘Dadme todo u os mato’». Tras la amenaza, metió a su marido empujones a un garaje que estaba más oscuro y le acuchilló al tiempo que añadió que «estaba tan asustada que le di mi bolso y le dije que por favor no me matara» y se marchó corriendo porque venía gente, informa Ical.

Sin embargo, el procesado O.M.G.N, aseguró ayer ser «inocente, por eso no hay huellas ni ADN, yo dejé mi teléfono a dos personas para que fueran a pillar y no sé qué pasó después de eso, no sé si robaron ellos, si fueron otras personas, eso es imposible de saberlo, yo lo único que sé es la verdad, no mi verdad, la única verdad», señaló.

El acusado, que s e enzarzó en una discusión con la jueza y el Ministerio Fiscal para poder dirigir unas palabras al jurado popular antes de iniciar la declaración, expuso que había dejado su teléfono y «me dijeron que habían tenido una movida» y lo habían perdido pero le «habían traído estos dos teléfonos -de las víctimas- que les compré». Cuando fue detenido «no sabía en ningún momento de qué me estaban hablando», dijoLa Fiscal se mostró convencida de que el acusado «quería matar a la víctima para facilitar la comisión del robo y asegurarse de que nadie le identificaba» y «le dio una puñalada en el corazón por sorpresa, sin darle la posibilidad de defenderse». Solicita para él 27 años de prisión, mientras la defensa pide la libre absolución.