Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
El vicio del poder
«Para el PP hacer oposición es una actividad extraescolar y puede ser defecto de gobernar durante tantos años, que ninguno de ellos sabe lo que es»
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Lo peor de las campañas electorales es que después de las elecciones hay que hacer algo con la vida. Le toca a uno quitarse del vicio de votar y los hay también que tienen que quitarse del de gobernar . Amén de otros más inconfesables -sobre todo ante un juez-. Y tal vez, buscarse un trabajo. Menos mal que los colegios vuelven a sus labores de diario tras los domingos electorales. Esto es un acierto por no ver una nueva oleada de yonquis que en vez de asaltar farmacias a última hora asaltaran colegios. «¡Que me des la urna te digo! ¡Que yo quiero votar otra vez, coño!».
Un día hay que quitarse del vicio. Volver a la vida que uno dejó por ahí antes de ponerse a reflexionar su voto. Y luego está esa otra vida que dejaron los políticos. Y yo me pregunto dónde se deja una vida en espera mientras se es político. Qué se hace con el oficio, y en algunos casos hasta con la conciencia . Puede que ahora la recuperen como de un guardamuebles donde ha estado esperando bajo una sábana. Está el político que tiene el guardamuebles con polvo y el que no tiene guardamuebles siquiera. Porque lo peor de la política es el después, cuando ya no se tiene toda la burocracia de la administración para ser alguien.
Hay algún político que como los hidalgos, por su condición, nunca trabajaron ni trabajarán. Hacer carrera de la dedicación exclusiva es un arte. Pero en Valladolid no somos así. Pilar del Olmo, que juró quedarse en la oposición ya ha pedido -por lo pronto- tras ver los resultados electorales reingresar en lo suyo, que es inspeccionar la pela . Porque de hacer oposición en un ayuntamiento se come peor. Y las promesas electorales son para la campaña, no para después. La oposición la hará a tiempo parcial. Es decir, como esos niños a los que los padres les tienen todas las tardes ocupadas con actividades extraescolares. Porque se ve que para el PP eso es hacer oposición, una actividad extraescolar y puede ser defecto de gobernar durante tantos años, que ninguno de ellos sabe lo que es hacer oposición. Y dentro de cuadro años vendrá el llanto y el rechinar de dientes, cuando no haya un sólo candidato con presencia suficiente para tener alguna posibilidad. El PP en Valladolid es Saturno devorando a sus hijos . Luego está De Santiago Juárez , que quería ser alcalde en la sombra, alcalde por la gracia de Pilar del Olmo. Y ahora no le queda más remedio que volver a ser psiquiatra. Que es tener un diván y un bote de «Prozac» en el guardamuebles. Y tiene suerte, porque siendo psiquiatra será como no haber dejado la política.