Vértigo

La situación de clara incertidumbre que durante estas semanas se vive en el Congreso de los Diputados no puede ser otra que el peor de los escenarios posibles. Si finalmente la izquierda, tanto la moderada como la ultramontana disfrazada de moderna urbanita, llegan a un acuerdo es casi seguro que por ese énfasis en gastar sin producir lleve al traste el camino andando en materia de política económica. Si por el contrario se repiten las elecciones, toda España seguirá sumida en una provisionalidad que prolonga el medio hacer y decidir en la mayor parte de las cosas. Y se sabe que si por arriba se estornuda, por abajo nos constipamos.

En clave castellano y leonesa cada vez que se oyen tambores de relevo del presidente nacional, Mariano Rajoy, si finalmente no sale bien parado a pesar de haber ganado con claridad las pasadas elecciones generales, los posibles movimientos en cadena se adivinan más que probables. Seguramente Castilla y León, Herrera, como uno de los valores más asentados del Partido Popular, tendrá algo que decir alto y claro. Juan Vicente podrá irse retirando lentamente de su presidencia regional como siempre deseaba, pero la llamada de ser una de las voces y rostros del nuevo PP postRajoy o incluso postAznar, dado que el gallego fue una apuesta del expresidente, es un deber ineludible que a duras penas Herrera va a poder evitar. ¿Quién mejor que Galicia o Castilla y León, que han dado tanto al PP y a España no cuentan con credenciales suficientes para entrar fuerte en Génova?

La opinión pública habla mucho de Cataluña, de la Europa semi invadida por otros pueblos del sur…Pero Castilla y León también tiene mucho que decir y que seguir aportando al Estado español con su ejemplo. Y no nos referimos al circo mediático del macrojuicio a las asesinas de la recordada Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León.