De Valladolid al mundo: la asociación de ayuda a Ucrania nacida en un bar de barrio

El pub ‘Book’, regentado por la ucraniana Anna Boryachenko, fue uno de los puntos de recogida de productos básicos para el páis eslavo. Meses después gracias al calor de la solidaridad ciudadana ha puesto en marcha una ONG

Recogida de productos básicos para Ucrania en el bar Book junto a la plaza de la Trinidad en Valladolid ICAL

Clara Nuño

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Todo comenzó a los pocos días de estallar la guerra en un pequeño local vallisoletano, el Bar Book, un pub regentado por una familia ucraniana. A la cabeza, Anna Boryachenko, una treintañera que convirtió el establecimiento de café y copas en un punto de recogida de productos de primera necesidad para Ucrania. La respuesta del barrio fue inmediata y, en cuestión de un mes, habían logrado fletar dos trailers con 130 palets a Jmelnitsky, localidad en la región occidental del país con cuyo ayuntamiento comenzaron a colaborar . Ahora preparan un nuevo envío, ya no como iniciativa particular, sino bajo el paraguas de una asociación nacida al calor de la solidaridad ciudadana a nivel nacional, se llama Kalina Ucrania.

«Claro, nosotros solos no podemos», explica Boryachenko en declaraciones a ABC. «Lo tienes muy difícil para hacer envíos internacionales de medicinas, víveres y ayuda humanitaria en general si eres un particular, como asociación vas más protegido», añade para completar que «cuando empezamos, estábamos muy perdidos, iba todo sobre la marcha, no sabíamos ni siquiera cómo empaquetar un palet, ahora lo tenemos todo más claro».

La organización sin ánimo de lucro se constituyó a nivel legal el pasado 30 marzo y ha contado con asistencia legal gratuita . «Mucha gente de la que nos ha ayudado lo ha hecho económicamente, necesitábamos un lugar donde poner ese dinero, además de las ayudas que nos han propiciado distintas empresas. Nosotros sólo podemos darles las gracias y publicidad a cambio», explica.

Asimismo, Boryachenko explica que s e trata de un proyecto con la mirada puesta en el largo plazo . «No es algo que haya surgido al calor de la atención general al haber empezado una guerra en Europa, queremos que sea algo a largo plazo, porque esto acabará en algún momento y habrá que reconstruir y estaremos para ayudar», afirma.

«Con esto pasará como pasa con todas estas cosas, nos acostumbramos, un conflicto reemplaza a otro y la gente se queda sola», añade Jesús miembro de una de las plataformas de ayuda a los saharauis que -como ya contamos en otro artículo- ha colaborado con la ayuda a Ucrania. «Antes venían unos 500 niños saharauis a pasar aquí el verano, ahora no llegan a 30» , continúa. «Por eso son tan importantes este tipo de organizaciones», completa la ucraniana, «muchas de las víctimas de las guerras no son las que mueren por ser alcanzados por una bomba. Piensa en los enfermos crónicos, la madre de mi primo ha fallecido por falta de insulina. Tenía 55 años. Hoy podría estar viva. Necesitan recursos, medicinas y asistencia. Van a necesitarlo durante muchos años y ese es el tipo de ayuda que queremos brindar», zanja.

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