Valladolid celebra a lo grande el ascenso a Primera

Los blanquivioletas recorren la ciudad en barco y en autocar descapotable y culminan las celebraciones junto a los aficionados en la acera de Recoletos

Los jugadores saludan a los aficionados desde el barco ICAL

M. Gajate

«¡Es de primera, Pucela es de Primera !». Miles de personas han celebrado este lunes en la capital del Pisuerga el ascenso del Real Valladolid tras una corta estancia en Segunda de una temporada –aunque siempre sea demasiado– y a la que los aficionados han dicho adiós por todo lo alto con un recorrido del equipo por la ciudad acompañado por la marea blanquivioleta.

No era para menos. El Valladolid dice adiós a la categoría de plata con la calma de eludir el ‘play off’ al que se había tenido que medir en los dos anteriores ascensos en 2012 y 2018. Habría que remontarse al histórico 2007 para dar con otra promoción directa. Entonces fue a falta de ocho jornadas para el final de temporada. En esta hubo que sufrir, algo más inherente al ADN pucelano, hasta los últimos minutos en los que el tanto del Alcorcón hizo respirar a orillas del Pisuerga en un añadido en el que al Eibar, a falta del gol necesario para dar la vuelta a la clasificación, se le cerraban las puertas del ascenso directo, que recaía en un Zorrilla eufórico.

Tras una primera fiesta en el estadio, que se alargó para unos cientos ante la fuente de Zorrilla, hoy han sido miles los vallisoletanos que han salido a la calle para dar su apoyo al club. Lo han hecho abarrotando los puentes bajo los que pasaban los ‘héroes’ del día a bordo del barco ‘La Leyenda del Pisuerga ’, acompañado por piragüistas y pequeñas embarcaciones, en un festivo ‘crucero’ hasta la Playa de las Moreras. Allí se han agolpado en la ribera cientos de personas mientras las calles del centro se iban tiñendo de blanquivioleta.

De nuevo la afición ha aguardado al paso de la comitiva, en este caso terrestre, a bordo de un autobús que pasaba a toda velocidad entre bufandas agitadas , ciudadanos que corrían a su encuentro y ‘selfies’ directos a las redes sociales hasta su llegada a la Acera Recoletos, donde la marabunta les esperaba. Minutos antes de las ocho subían los jugadores, el cuerpo técnico y el dueño del club, Ronaldo Nazario , quien no dudaba en besar el escudo un día después de que tras el pitido final del domingo comparara el sabor de la victoria al del Mundial de Corea y Japón que ganó junto a la selección brasileña.

Presentados uno a uno los jugadores han ido dándose su particular baño de masas en el que ha destacado la ausencia del israelí Shon Weissman –convocado por su selección y presente por videollamada–, y la posible marcha de Gonzalo Plata, ante el grito de «quédate». Tras ellos, ha llegado el turno del técnico Pacheta, quien inicialmente trataba de esquivar el micrófono y que ha insistido en que «la clave de todo esto son los jugadores».

Acabado el acto oficial, la fiesta se ha prolongado en la Acera Recoletos entre niños, jóvenes no tan jóvenes y mayores a los que unía una ilusión: «De pequeño yo te empecé a seguir. Poco a poco me enamoré de ti. Cuando juegues siempre estaré a tu lado. No me falles Pucela, yo nunca te he fallado ». 

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