Fomento

Usuarios y transportistas alertan del «mal estado» de las autovías A-62 y A-67

Dicen de que los baches de la carretera a Cantabria y la que une Salamanca y Valladolid limitan la calzada a un carril y «condicionan la seguridad»

Autovía A-62 a la altura de Valladolid ICAL

M. GAJATE

Hay tramos en los que los baches se acumulan y «obligan» a todos los vehículos a evitar durante kilómetros el carril derecho, convirtiendo una amplia autovía en una «limitada» carretera convencional. Es la situación que usuarios y transportistas denuncian que se está dando en dos vías de alta capacidad en Castilla y León: la A-67 entre Cantabria y la Meseta y la A-62 entre Valladolid y Salamanca , en las que el «mal estado» del firme aseguran que está «afectando a la circulación» y «condicionando la seguridad» en algunos puntos.

La Salamanca-Valladolid es «totalmente mejorable», alertan desde la Asociación Stop Accidentes, que se ha hecho eco de las quejas contra el estado de conservación de esta autovía. Sobre todo «está bastante mal el firme» a la altura de Tordesillas, puntualiza, por su parte, la Federación Regional de Asociaciones de Transportes de Mercancía de Castilla y León (Fetracal). Los usuarios de esta vía aseguran en denuncias a Automovilistas Europeos Asociados (AEA) que «el deterioro va cada día a más» , que los «baches» son una constante y que la gravilla que se desprende «obliga a circular por el carril izquierdo».

No obstante, tanto los transportistas como los usuarios llaman más la atención sobre la autovía A-67. Los profesionales, que son los que más uso dan a las carreteras, aseguran que la vía entre la Meseta y Cantabria está « mal desde que se inauguró y nadie hace nada». «Está fatal», añaden desde Stop Accidentes, que afirman que el «mal estado» se prolonga desde Frómista hasta Aguilar de Campoo, lo que abarca en torno a 69 kilómetros.

También la León-Benavente

Estos dos serían los casos más «llamativos» para ambos colectivos, pero la AEA recoge también quejas vinculadas a la A-52 (Autovía de las Rías Baixas) entre Benavente y Puebla de Sanabria y la A-66 (Ruta de la Plata) entre León y Benavente. Ésta última es objeto, precisamente, de una proposición no de ley (PNL) registrada por los socialistas en el Congreso de los Diputados reclamando la renovación del firme. Según explicaron las parlamentarias castellano y leonesas María Aurora Flórez y Mar Rominguera esta iniciativa se presenta «en aras de la seguridad vial» y «con el fin de minimizar el riesgo de accidentes» en este tramo.

En términos generales tanto Stop Accidentes como Fetracal aseguran que el estado de conservación de las autovías de la Comunidad «deja mucho que desear» para lo que se espera de calzadas de alta capacidad que se supone que deben dar una alternativa mejor a las carreteras convencionales -que arrastran en algunos puntos «pésimas» condiciones- y que, dicen, son «bastante mejorables».

Los tramos de autovía «son muy pequeños» en comparación con la red convencional -1.990 kilómetros frente a más de 30.000- en la Comunidad. Como ocurre en el resto del país, señala el presidente de AEA, Mario Arnaldo , los «problemas» relativos a la conservación se dan con mayor frecuencia en las carreteras secundarias, donde la organización detectó en su último informe 41 puntos negros en Castilla y León que presentaban un índice de peligrosidad diez veces superior a la media nacional. Las «restricciones presupuestarias están afectando negativamente a la seguridad vial», reconoce.

En este sentido, un informe reciente de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras concluyó que una inversión en España de 730 millones de euros, un tres por ciento de los mismos en Castilla y León, en 1.121 kilómetros de la red convencional evitaría 69 fallecidos y más de 200 heridos en tres años.

La Asociación Española de la Carretera fue más allá en su último informe sobre el estado de conservación de las carreteras, y señaló que Castilla y León tiene un déficit acumulado en esta materia de las redes estatal, autonómica y provinciales de 1.058 millones de euros, el desembolso pendiente más elevado del país. De hecho, esta deuda supondría un 15 por ciento de la total contemplada para el conjunto de España.

Bien es cierto que por su extensión Castilla y León cuenta con mucho más asfalto que otros territorios . En concreto, ése déficit de forma proporcional se quedaría en 62.907 euros por kilómetro, la cual es la quinta tasa más baja del país, de acuerdo con el citado informe, que data de 2016.

No comparten diagnóstico ni usuarios ni transportistas, que aseguran que hay otras regiones con mejor estado de conservación. En esta línea, desde Stop Accidentes, llaman especialmente la atención sobre las carreteras del vecino País Vasco, que entienden que están en condiciones notablemente superiores . Asimismo, insisten en que la baja proporción de vías de alta capacidad y la extensión de la Comunidad exigen de un «gasto mayor» en Castilla y León, una región a la que «se ha dejado mucho» en este sentido.

Radar

Los transportistas, que comparten que en otra regiones se «invierte más que en Castilla y León» , lamentan que en los últimos años de restricciones presupuestarias la inversión no ha estado bien dimensionada en todos los casos. Así, destacan el desembolso de setenta millones de euros en un radar de tramo en la carretera que une Palencia y Guardo. Una actuación que, dicen, es más que bienvenida en cuanto a que contribuye a mejorar la seguridad, pero consideran que «no se ha escatimado» en la iniciativa y sí en la conservación de esta misma carretera. «Se podría haber reservado algo para arreglar el firme», proponen, ya que entienden que ello también mejoraría la circulación.

Usuarios y transportistas alertan del «mal estado» de las autovías A-62 y A-67

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