Política

Tudanca fracasa en su objetivo de recuperar el control de las provincias «rebeldes»

Tras las primarias, sólo gana para su causa Segovia y Zamora, ésta última aún más dividida

Tudanca (derecha), junto al exsecretario del PSOE de León, Tino Rodríguez, en una imagen de archivo ICAL

J. M. A.

Cuando el pasado 22 de mayo, apenas unas horas después del inesperado triunfo de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz, Luis Tudanca se apresuró a anunciar que optaba a repetir como secretario general del PSOE de Castilla y León quizás imaginó un futuro a corto plazo que sonriera mucho más a sus intereses de lo que finalmente ha sucedido con la decisión de los militantes en cada una de las provincias.

El triunfo del madrileño en las primarias había dejado en fuera de juego al sector crítico-susanista, mayoritario en la Comunidad con los líderes de siete de las nueve provincias volcados con la andaluza especialmente en el tramo final de la campaña. Tudanca, que había sufrido desde meses atrás la presión cada vez más asfixiante de unos territorios que le acusaban de dedicar más tiempo y recursos a apoyar a Sánchez que a gestionar el partido, vio en el «K.O.» que provocó el sorpresivo triunfo del candidato doblemente derrotado por Rajoy la oportunidad para mover ficha. En un primer momento, le salió bien porque ninguno de los críticos se vio con fuerzas para plantarle cara en el Congreso Autonómico y revalidó su cargo sin pasar por el «trago» de las primarias -con el triunfo de la andaluza es difícil adivinar el papel que tendría hoy en día el burgalés en el partido-.

Tan cerca de León

Sin embargo, apenas unos meses después y pese a apoyarse en nombres de peso en la formación, ha fracasado sonoramente en su objetivo de tener el control de las provincias y evitar la imagen de división interna que tan poco gusta en su electorado y que continuará ahora tras la celebración de los nueve congresos territoriales, aunque según las fuentes consultadas por ABC de momento no sonarán tambores de guerra al menos hasta la elección del candidato a presidir la Junta.

Ávila, León, Palencia, Salamanca y Soria conforman un sector crítico que por ahora no presentará batalla

En Soria no dio ni pelea. Consciente del peso mayúsculo de Carlos Martínez, Tudanca aceptó sin rechistar que nombrara a Luis Rey como su lógico e indiscutido sucesor . Las derrotas más evidentes fueron en las cuatro provincias donde buscó un candidato para hacer frente a los críticos y salió escaldado. El domingo se produjo en León la última y quizás más dolorosa -por ser la federación más numerosa de Castilla y León y quedarse a poco más de un centenar de votos de dar un golpe de mano en esta provincia-. El joven exdiputado Diego Moreno no pudo con el también novel Luis Alfonso Cendón, el elegido por Celestino Rodríguez, máximo azote de las huestes tudanquistas. Antes, el triunfo de un histórico como Fernando Pablos también hizo «pupa» al aparato, que creyó en la posibilidad de que Fernando Vegas se hiciera con las riendas del PSOE salmantino. Con menos confianza lo intentaron en Palencia y Ávila, que seguirán también en manos críticas con los triunfos de Miriam Andrés y Jesús Caro sobre los «sanchistas» Agustín Martínez y Carmen Iglesias. Quizás su única victoria moral haya que anotársela en Segovia , donde José Luis Aceves, que estuvo en la ejecutiva autonómica hasta junio, se impuso a un rival cercano a la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero. En el pasado queda ya el excretatario provincial, Juan Luis Gordo, que ni siquiera intentó colocar a un posible sucesor al que legar su posición crítica.

Más amarga fue la reconquista de Zamora. Ganó Antidio Fagúndez , por el que apostaron tanto él como la secretaria de Organización, la también zamorana Ana Sánchez, pero la victoria se produjo por una veintena de votos y con polémica. De hecho, y como muestra de que la división aún es mayor de la ya habitual en este federación, varias de las votaciones celebradas en el congreso provincial fueron ganadas por el candidato perdedor y alcalde de Toro, Tomás del Bien.

En el resto de provincias el peso contra los movimientos de Tudanca ha sido prácticamente nulo. Esther Peña no tuvo rival en Burgos y Cecilio Vadillo no pudo con la candidata oficial, Teresa López, avalada entre otros por el enrachado alcalde de Valladolid, Óscar Puente.

Tudanca fracasa en su objetivo de recuperar el control de las provincias «rebeldes»

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