Antonio Piedra - No somos nadie
Tranquis
«El XIII Congreso del PP regional en Castilla y León no va ser un cónclave de astrología o un programa del IV Milenio»
Es lo que ha venido a decir Juan Vicente Herrera a los cagaprisas: tranquis, que por mucho madrugar no amanece más temprano. Y es lo que demuestra también la foto del estanque: la de la sede azul del PP que ayer publicaron los medios. Ahí vimos retratado al trío de pescadores más atentos que una espátula cuando hace pie en mitad de la laguna: a don Alfonso Fernández Mañueco -el eterno sucesor por los siglos de los siglos-, a don Fernando Martínez-Maillo -el pescador de intereses sostenibles-, y a don Pablo Casado quien, con su eterna sonrisa a lo José Solís Ruiz , parece la sonrisa inmutable del régimen. Y frente a todos ellos, Herrera en solitario apuntando con su dedo al dedo en alto de Maillo como diciendo: mira, rico, por aquí se va a Guadalix de gran hermano VIP.
Que no. Herrera se lo tiene pensado y resuelto. Tanto que a estas horas parece deshojar la margarita. A esto lo llamaba el otro Herrera, su homónimo -apodado el Divino porque escribía versos de amor a la Condesa Gelves como Fra Angélico pintaba Anunciacione s -, como una especie de «sagrado honor de los ríos» que tienen claro su discurrir, y que es «Igual al Tebro, al Arno y al Metauro,/ superior al Tajo y Duero y Ebro»… O sea, que sabe perfectamente en qué mar desembocan sus aspiraciones políticas: llegar hasta el 2019 siendo Presidente de la Junta de Castilla y León porque es hombre de compromisos, y salir del congreso del PP regional como entró: con las equivocaciones justas dentro de lo políticamente correcto. El resto se reduce a pirotecnia.
Herrera no cometerá los errores al uso que durante estos días, previos a la semana de Carnaval, están perpetrando al unísono jueces, fiscales, y políticos de mal vivir como si fueran magistrados. Dios mío, ¿pero es que ya ha desaparecido de la escena pública el sentido del ridículo? Por favor, que consulten de una vez al maestro Alonso de Santos qué es una comedia sin caer directamente en el sainete. No. No le veo yo a Herrera metido de lleno en estos patinazos por mucho que lo tiren de la lengua. Y menos disfrazado de diletante, ni tan absurdo como para erigirse en justicia como si fuera el conducátor Iglesias o el chorro de nenuco incorruptible que Rivera exhala sobre el Pisuerga, como… qué sé yo, como si fuera un chorrico de inmaculada concepción.
Herrera es lo que es sin estrujarse la mollera: una templanza con ojo clínico a prueba de kamikaces . O sea, una ecuación tranquila para vivir en democracia sin sobresaltos, sin provisionalidades, sin victorias contundentes y arrasantes. Cuando deje de ser Presidente de la Junta de Castilla y León se acabará un modo de hacer política . Lo que venga después, curiosamente, también va a depender de él. Tranquis, el XIII Congreso del PP regional en Castilla y León no va ser un cónclave de astrología o un programa del IV Milenio.