Trabajo de campo

Aunque Susana Díaz pidió a los medios informativos que no sacaran punta a la ausencia de Luis Tudanca de sus actos el pasado fin de semana en la Comunidad, la verdad es que resulta imposible no hacerlo. No es el hecho de que el secretario autonómico no la pudiera acompañar el sábado por la mañana en Palencia por la reunión del Grupo Parlamentario que había convocado en Fuendaldaña, es que tampoco lo hizo en el acto de la tarde en Salamanca, o en el del día siguiente en Camponaraya. Dos ocasiones perdidas para escenificar, al menos escenificar, un intento de unidad en el seno del partido, algo que a estas alturas parece imposible.

Tudanca optó por la vía diplomática de realizar una llamada a la presidenta andaluza y enviar a una persona de su máxima confianza, Ana Sánchez, a los actos que se celebraban en la Comunidad. Sin embargo el alcalde de Valladolid, Oscar Puente, optó por ser más claro y no ocultar que Susana Díaz dista mucho de sus preferencias y cerró todas las puertas a darle su apoyo si finalmente se presenta a las Primarias, una incógnita que Díaz no despejará hasta que el Congreso Socialista esté en puertas y sepa con certeza los candidatos con los que puede competir.

Susana Díaz desplegó en los actos en Castilla y León toda su fuerza de didáctica política, una técnica que recuerda las intervenciones que hace años protagonizaba Felipe González. Su paseo entre los socialistas de la Comunidad tuvo de todo, incluida la protesta de un ruidoso grupo minoritario que alentaba las tesis de Pedro Sánchez, pero también con muchos partidarios, una evidente representación de la división que el partido tiene en las distintas provincias. Si se trata de un viaje de prospección de campo, en Castilla y León ha evidenciado una muestra clara de lo que le espera ante un más que difícil congreso.