Vicente Ángel Pérez - Corazón de León

Toros y toros

«A los toros y a los toreros de verdad que tienen en Castilla y León su vida no los va a derrotar ni un decreto ley ni una panda de los autodenominados animalistas»

Como si no hubiera mayores males por este solar patrio gobernado «en funciones», los medios de comunicación (tertulianos al frente) dicen que la ciudadanía vive en un sinvivir por mor de una bandera y de un toro. ¡Ay, aquellas canciones de antaño, la de la « banderita tú eres roja , banderita tú eres gualda», o la del « toro enamorado de la luna , que abandona por la noche la maná»! Ni Manolo Escobar sería capaz de componer en estos momentos una de sus patrióticas coplas con esa bandera y ese toro que hoy copan la actualidad informativa española…

La bandera o banderita en cuestión, la que tiene en vilo a políticos, periodistas y, al parecer, a la ciudadanía, es un paño que exhiben algunos catalanes para diferenciarse del resto de sus paisanos españoles. Y el problema es que pretenden enarbolarla hoy en un partido de fútbol denominado Copa del Rey . Pues allá ellos y que gane el mejor, pues no es éste un asunto para tratarlo en esta columnita de ABC-Castilla y León. Doctores tiene la Iglesia y ABC para dictar doctrina.

Banderita aparte, el toro de la actualidad mediática, sí toca de lleno a estas tierras de Castilla, cuna no sólo de legendarias ganaderías, sino, sobre todo, de toreros que han alcanzado las mayores cumbres de la tauromaquia (así, cabe recordar a E l Viti, a Roberto Domínguez, a Julio Robles …). Y León, ahí sigue, pese a las adversidades, manteniendo la primera plaza de toros del noroeste español (Astorga), criando diestros como Julio Norte o los hermanos Damián y Javier Castaño , e incluso creando una ganadería de toros bravos, por nombre Valdellán . A los toros y a los toreros de verdad que tienen en Castilla y León su vida no los va a derrotar ni un decreto ley ni una panda de los autodenominados animalistas, ésos que ahora celebran como un triunfo que la Junta de Castilla y León haya puesto límites al ya tristemente afamado «Toro de la Vega» de Tordesillas.

Hay ignorantes que desconocen que Franco prohibió tal «fiesta», que fue recuperada con la llegada de la democracia y apoyada por los gobiernos socialistas de la época en la comunidad de Castilla y León.

Y los hay, no menos ignorantes, que comparan la «Fiesta Nacional» con lo que, bajo el escudo de la tradición, se perpetra en Tordesillas , ciudad que bien merece ser reconocida por su historia y por sus gentes, más que por su afán por lancear un toro. Y sí, en este caso la Junta de Castilla y León ha estado acertada. No es una victoria de los animalistas (ésos que, por lo general, aman más a los animales que al prójimo), sino de quienes admiran al toro bravo que se enfrenta cada tarde a un torero en un escenario en el que se mezclan el valor, el miedo y el arte. Hay toros y toros, sí.

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