Todo llega

Si todo va según lo previsto, es cuestión de días que la presidenta de Andalucía convoque elecciones en aquella Comunidad lo que de facto es la señal de arranque del proceso autonómico nacional que culminará en junio. En el PP de Castilla y León deben respirar tranquilos porque, por fin, ven el horizonte abierto a la candidatura de Alfonso Fernández Mañueco a la Presidencia de la Junta. El «árbol» de Madrid ha tenido al partido ocupado en demasiadas cosas y no les ha dejado ver el «bosque» a su alrededor, algo de lo que pecan en exceso en la capital del reino. Si no hay más retrasos, a mediados de este mes Mañueco será nominado oficialmente candidato en un acto público al que asistirá Pablo Casado. Desde ese momento el partido se lanzará a dar luz al intenso trabajo interno que se ha venido realizando en los últimos meses, con la certeza de que el tiempo apremia y que hay que aprovechar cada minuto que resta para las elecciones de junio de 2019.

Mañueco deberá implicarse en las candidaturas municipales, pendientes de encuestas en las capitales, y a la vez tendrá que recorrer palmo a palmo Castilla y León para ofrecer a la población un proyecto atractivo, con mensaje de un tiempo nuevo en el seno del Partido Popular, con caras e ideas nuevas y así tratar de romper con la dinámica de tedio en la que está sumida la vida política de la Comunidad. Un CIS que da risa, dibuja un panorama electoral para el PP muy alejado de sus pretensiones pero, a pesar de lo ridículo de la muestra, reconoce que la base del partido sigue siendo sólida. No habrá mayorías absolutas, pero cada voto cuenta, porque en la aritmética parlamentaria se cimentará el próximo gobierno regional y el PP es consciente de que la clave es conseguir un número de escaños que evite la suma de terceros. La campaña promete ser muy dura.