Educación

Titulaciones sanitarias: profesionales puestos en valor

La pandemia ha hecho que crezca el interés por las carreras de Ciencias de la Salud, estudios muy apreciados por la sociedad y que cobran más fuerza

Una clase en Medicina de la UVA HERAS

C. Rosado

José María Fidel, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid , recuerda a Sara Bravo, la médica que con 28 años falleció en marzo víctima del Covid-19: «Era brillante». Dio clase en su Facultad a esta sanitaria con raíces en la provincia de Zamora y resalta que atesoraba muchas de las virtudes que tienen los estudiantes de titulaciones sanitarias como la de Medicina: vocación, esfuerzo, ganas de aprender.... La UVA participará en el homenaje que se le tributará, comenta Fidel, quien añade que de la Facultad partió la idea de que fuera la madre de Sara quien recogiera el Premio Princesa de Asturias entregado a los sanitarios de España el día 16 de octubre.

Para este decano, «son alumnos muy estudiosos, que han hecho un Bachillerato y una EBAU muy buenos» y que llevan tiempo preparándose para poder acceder a estos estudios, para los que sólo en la UVA ha habido más de 6.000 solicitudes para cubrir las 180 plazas ofertadas este curso. Llegan los mejores y acaban los mejores, «alumnos que no se dejan suspender fácilmente», bromea Fidel. Afrontan seis años de carrera más cuatro o cinco de especialidad para acceder al MIR, lo que les da una sólida formación y muy completa: «Se les forma de una forma bastante importante hasta llegar a la especialidad y luego son profesionales muy buscados», incluso fuera de nuestras fronteras nacionales.

Destaca la formación práctica que reciben en los centros sanitarios. Considera que la pandemia ha puesto de relieve la importancia de estos estudios y que «posiblemente, el día de mañana sean estudios que tengan aún más tirón» del que ya tienen. También aclara que las penosas circunstancias que han tenido que vivir los sanitarios en su trabajo por el Covid-19 «quizá también hayan hecho que se den cuenta de que pueden morir y alguno haya cogido miedo a las consecuencias de enfrentarse a una enfermedad como ésta en primera línea», porque «tres de cada cuatro sanitarios fallecidos eran médicos».

Lamenta que ese tremendo esfuerzo formativo que asumen estos profesionales luego tenga que toparse con inestabilidad laboral, contratos precarios y sueldos bajos: con la fuga de sanitarios a otros países «se malgasta dinero de los contribuyentes y supone una pérdida de nuestras mejores cabezas». Algo que también lastra la investigación en nuestro país: «Nos desmayamos si hablamos de la investigación, que siendo un generador de riqueza, de patentes y de puestos altamente cualificados, aquí es de chiste», comenta.

María Ángeles Martínez, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Burgos -que tiene 81 docentes-, también sostiene que han notado que se ha afianzado la tendencia creciente en el interés por estos estudios, en el caso de la Universidad burgalesa, en concreto por los de Enfermería. Este curso han tenido 3.193 personas preinscritas en ese Grado, cuando en 2017 fueron 2.172 y cuando solo han ofertado 60 plazas este año 2020.

Javier García Criado, decano de la Usal

«El nivel de estos estudiantes es muy bueno, son muy comprometidos, saben lo que quieren hacer y se han esforzado desde Secundaria y Bachillerato para lograrlo, por eso tienen notas muy altas; tiene claro lo que quieren y van a por ello» porque «es una carrera muy vocacional», dice. Les llegan personas desde todo el territorio nacional para cursar titulaciones como la de Enfermería y cuando un alumno pide el traslado a esa titulación, debe contar con varios criterios para hacerse con él, entre los cuales está la nota: «Hay entre 30 y 40 todos los años que los solicitan y tenemos que elegir a los cinco mejores, por lo que tienen que tener una nota alta», señala Martínez.

También manifiesta que en el Grado de Enfermería tienen prácticas a lo largo de la carrera y que el 4º curso es absolutamente práctico, por lo que cuando surgió la posibilidad de que estos estudiantes de último curso pudieran trabajar reforzando la sanidad en la pandemia, y a pesar de que en Burgos no hizo falta, «estaban verdaderamente concienciados y preparados si se les hubiera permitido trabajar». «Casi el cien por cien de ellos nos dijeron que no les importaba incorporarse al trabajo en caso de que hubiera sido necesario», añade.

Un puente estrecho

Para Martínez, «en general, esta profesión está bien valorada en España», gracias también a esa buena preparación que reciben también en los centros sanitarios en que hacen sus prácticas: «Gracias a ellos estas titulaciones son posibles y la formación en conjunto con la Universidad, es un puente estrecho que es fundamental».

Como resalta José María Fidel para Medicina, en Enfermería aún más si cabe, el componente de formación humanística no se descuida, «porque es la profesión del cuidado, de la sensibilidad y de saber ponerse en el lugar del paciente; son cualidades de la profesión que se valoran mucho». También la investigación. Pasar de ser Diplomatura a Grado hizo que se abriera la posibilidad, vía Máster, a estos profesionales de poder hacer un doctorado y dedicarse a la investigación. «Debemos potenciar ese ámbito», indica Martínez, y «que tengamos enfermas doctoras hace que, poco a poco, vayamos logrando que lleguen al último eslabón de la carrera universitaria».

Para el decano de Medicina de la Universidad de Salamanca, Javier García Criado, es posible que la pandemia redoble el interés por estos estudios, dado que «el atractivo de las personas que sirven de ayuda a la sociedad es importante». Este curso han recibido 6.357 solicitudes para el Grado de Medicina, cifra similar a años anteriores.

Afirma que «el 99% de los estudiantes son vocacionales, no cursan estos estudios por las salidas profesionales o lo ingresos» sino por esa vocación de servicio y el interés por la sanidad, pero que «indudablemente, esta situación, desgraciadamente, lo que supone también es avivar las vocaciones de personas que pensaban que no las tenían». También insiste en el hecho de que su Facultad esté en una ciudad eminentemente universitaria y «tranquila» y la «calidad de los estudios y de sus centros de investigación cercanos a la Facultad, hacen que sea una titulación atractiva».

Plazas MIR

No elude la crítica a las pocas plazas ofertadas en el MIR para dar salida a esas vocaciones y que «ahora se tenga que contratar a profesionales extracomunitarios» para hacer frente a las necesidades asistenciales, pero coincide con sus homólogos en el esfuerzo que universidades de la Comunidad y estudiantes hacen por lograr grandes profesionales muy bien valorados al acabar sus estudios: «La integración del conocimiento memorístico con la práctica es también muy relevante» y que «la formación no se acaba nunca y eso requiere un esfuerzo especial, no mayor que el de otros profesionales, pero sí muy relevante» y que hay que tener en cuenta. Por eso se cuida especialmente que en estas circunstancias los alumnos puedan realizar sus prácticas en centros sanitarios.

La ayuda a la sociedad y la completa formación impartida hacen atractivos a estos estudios

También las vicedecanas de Enfermería de la Universidad de León en Ponferrada y León, Inés Casado y María Nélida Fernández, respectivamente, afirman el esfuerzo que las universidades han hecho para poder garantizar la enseñanza durante el estado de alarma y actualmente, con herramientas como las videoconferencias o las «aulas espejo» que permiten que los estudiantes sigan las clases en varios grupos y en distintos espacios a la vez. Apuntan que este curso, «los títulos de Ciencias de la Salud han incrementado considerablemente el interés entre los estudiantes». También «la imagen social de la profesión que se ha traslado a través de los medios de comunicación durante la pandemia puede ser en parte responsable de ese incremento de demanda, así como pueden incidir las perspectivas laborales que se vislumbran» por las necesidades actuales de profesionales.

María Ángeles Martñinez, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Burgos

También aluden a que el 2020 había sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona y que, «paradójicamente, la pandemia nos ha dado una visibilidad y protagonismo que probablemente hubiera sido muy difícil conseguir a través de otros medios e iniciativas».

Resaltan que «una de las principales fortalezas de los títulos que se imparten en la Facultad, tanto de Grado como de Posgrado, es la alta cualificación docente e investigadora del profesorado», los «convenios con entidades y centros sanitarios colaboradores como la calidad de los mismos», sin olvidar, «el compromiso y dedicación de los cientos de profesionales implicados en la formación de nuestros estudiantes». Porque, como asegura Marí Ángeles Martínez, también «el trabajo en equipo, el desarrollo de espíritu crítico, la toma de decisiones muy duras, como se ha visto en la pandemia, es en lo que hay que formarlos».

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