Crimen de Castrillo-Tejeriego
«Es el típico tío que sereno es maravilloso, pero cuando bebe es peligroso»
Los vecinos de Castrillo-Tejeriego (Valladolid) reconocen en «shock» que el presunto homicida era «problemático»
«¿Problemático? Mucho» . Reconocen en Castrillo-Tejeriego que era Manuel M. B., el joven de 32 años que en la madrugada de este domingo ha acabado a tiros con la vida de Félix , otro veraneante de esta pequeña localidad vallisoletana de unos 200 habitantes a menos de 50 kilómetros de la capital. «Pero de ahí, a matar», apuntan también los vecinos, aún en «shock» tras despertarse con el ruido de ambulancias y el helicóptero sobrevolando sus casas, en busca por cielo y tierra del presunto homicida. La noticia del crimen, que deja además otros tres heridos también por arma de fuego , se ha extendido rápido en un domingo en el que el bar del pueblo fue el centro de atención, pero por el vermú y las cañas, sino por haberse convertido en el escenario de un suceso que tardarán tiempo en asimilar y olvidar.
Aseguran quienes le conocen que Manuel «es el típico tío que sereno es maravillo, pero en cuanto bebe y se pone cuatro rayas es peligroso» . A eso achacan que llegase a irse a casa tras discutir en el bar, empuñar una de sus escopetas de caza -tenía permiso en regla-, regresar al establecimiento y emprenderla a tiros con los presentes. ¿El resultado? Un muerto y tres heridos, dos de ellos graves y que necesitaron pasar por el quirófano.
Todo ocurrió sobre las 5.50 horas, cuando por motivos que no han trascendido públicamente, al parecer, una discusión entre el presunto homicida y la víctima acabó con disparos de escopeta en el interior del bar Maribel, donde se encontraba el responsable del establecimiento –es uno de los heridos graves– y cuatro personas más, una de las cuales resultó ilesa.
« Son cosas que se tardan en olvidar mucho . Las familias se tienen que ver», lamentan entre quienes sí se atreven a comentar algo de lo ocurrido, el tema que copaba este domingo las conversaciones en todos los corrillos en Castrillo-Tejeriego. «¡Vaya amanecer que hemos tenido!», lamentaban mientras trataban de asimilar «conmocionados» lo ocurrido. «Te puedes llevar mal con alguien, pero de ahí, a matar» , señalaban otros vecinos, aunque nadie era capaz de apuntar que hubiera problemas, al menos conocidos, entre ambos.
Antecedentes
En lo que sí coincidían es que Manuel, aunque no vivía habitualmente en el pueblo, era conocido por haberlas «liado» antes . Difícil de olvidar «la que preparó» en las fiestas de hace casi dos años con un extintor en el salón de baile. Desde entonces apenas había vuelto por Castrillo-Tejeriego, donde sus padres tienen una casa. Regresó el pasado jueves y, desde entonces, había estado «discutiendo» con diversas personas . El sábado por la tarde tuvo otra enganchada con alguien en el bar mientras encadenaba una copa con otra. «El problema es el alcohol», lamentaban al ver en lo que había derivado: un muerto de 46 años que deja viuda y dos hijos de unos 12 años.
Félix, el fallecido, no era de Castrillo-Tejeriego, sino su mujer, y hace poco habían comprado una casa que estaban rehabilitando. En la madrugada de este domingo, sus planes se truncaron cuando dos disparos de escopeta prácticamente a bocajarro segaron en el acto su vida en el bar en el que estaba de madrugada. Al parecer, habían regresado de una cena y se quedó tomando algo. Entre los clientes también estaba quien horas después le disparó mortalmente.
«Da la impresión de que ha sido de imprevisto» , comentaba la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Helena Caballero, quien ha acudido a la localidad a conocer el luctuoso hecho. Todo apunta, según ha dicho, a que «se le cruzó el cable, fue a por el arma y disparó» . Tenía antecedentes, pero por un «delito menor» hace diez años por injurias y amenazas a un concejal.
Dejando atrás un reguero de sangre, el presunto homicida huyó del lugar en su vehículo y llevándose el arma del crimen . Fue localizado y detenido más de cuatro horas después (sobre las 10.10) en Valladolid capital, cuando se disponía a entrar en su domicilio. La vigilancia discreta de su casa y saber que tenía una vida «normalizada» y con un trabajo llevó a los agentes a parapetarse cerca por si acudía. Y lo hizo, pero sin la escopeta, que la Guardia Civil sigue buscando , así como intentando averiguar y esclarecer todo lo ocurrido en Castrillo-Tejeriego, donde asumen que tardarán tiempo en volver a una normalidad que el alcalde desea que se recupere cuanto antes.
Por el momento, las banderas ondean a media asta durante tres días en señal de duelo y condena por lo ocurrido. Un pleno extraordinario en el Ayuntamiento así lo ha acordado este domingo.
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