José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
Tibia y vergonzosa
«Tibia y vergonzosa, la respuesta de la poderosa Conferencia de Rectores de Universidad a las irregularidades en másteres y grados, que han afectado a políticos»
Tibia y vergonzosa, la respuesta de la poderosa CRUE (Conferencia de Rectores de Universidad) a las irregularidades en másteres y grados, que han afectado a políticos. Escandalosa la actitud de echar tierra encima, cuando en ambientes universitarios se escucha que es la punta de un iceberg, que afecta a grados, másteres y doctorados (tesis copiadas, inacabadas, apañadas, cuyo acceso a las mismas no es posible por vetarlo el autor y calificadas cum laude). Entre los motivos de semejante desafuero: la LRU de 1983, que permitió estructuras universitarias endogámicas y de favores mutuos, entre partidos políticos y la universidad (cuántos viajes al extranjero juntos o títulos clientelares); estructuras que ahogan a excelentes profesionales, la inmensa mayoría del profesorado, pero que impiden que la universidad sea competitiva (basta ver cualquier ranking internacional). El segundo motivo, la filiación de los miembros de la CRUE, casi todos hijos de la LRU, y enemigos de un harakiri constructivo.
La LRU reconocía una autonomía universitaria (predio de los que estaban dentro) con difícil evaluación externa; impedía los concursos de traslado de una a otra universidad (más endogamia); habilitó a dudosos (mediocridad); facilitó la creación de nuevas universidades, hasta 85, y títulos al por mayor; permitió una discutible elección de equipos rectorales; y aumentó la connivencia entre administración, empresas y universidad. En estos 35 años han fallado la Alta Inspección Educativa y los actores, clase política y cargos universitarios; el perjudicado, el sistema educativo español. Por ello, la reforma propuesta por Cs no es oportunista, sino necesaria, para devolver prestigio. Si los escándalos sirven para acometerla, bienvenidos sean.