JUICIO POR EL CRIMEN DE CARRASCO

Un testigo dice que Raquel Gago tuvo que ver a Triana meter el arma en su coche

El controlador de la ORA con el que con el que conversaba la acusada afirma que cuando llegó su amiga abrió el vehículo y oyó cerrarse una puerta

Raquel Gago, durante la quinta sesión del juicio POOL

R. ÁLVAREZ

No charlaba habitualmente con ella, pero ese 12 de mayo de 2014 Julio Mozo, controlador de la ORA , vio a Raquel Gago en la calle «parada, esperando» y entablaron una conversación que se prolongó «entre diez y quince minutos», según sus propias palabras. Mientras estaban «enzarzados» en este diálogo entre ambos llegó una chica que más tarde supo que era Triana Martínez. Dijo a Raquel que abriera el coche y que volvería pronto, que iba a la frutería. No es consciente de si le comentó o no que le dejaba algo en él, pero sí de que el vehículo se abrió y de que se cerró una puerta. El Golf de Raquel estaba a su espalda, pero pudo oír el chasquido de la apertura de los seguros y un «portazo», dijo convencido. Cuando esto ocurrió, Mozo relató que Raquel estaba frente a él y que, por su posición, tenía una visión «perfecta» de su vehículo, por lo que cree que tendría que haber advertido si Triana dejaba algo dentro.

Así lo hizo constar en su declaración ayer en la quinta sesión del juicio por el crimen de Isabel Carrasco , dejando entrever que Raquel pudo percatarse entonces de que Triana dejaba en su coche lo que luego se supo que era el bolso que contenía el arma con la que su madre, Montserrat González, había asesinado minutos antes a la expresidenta de la Diputación y el PP leonés.

Ayer también estaban llamados a declarar varios testigos que vieron o hablaron con Raquel las horas posteriores al crimen . Entre ellos, una amiga de las clases de restauración a las que acudió después del breve encuentro con Triana antes descrito. La acusada llegó tarde al taller y le dijo a esta compañera «que se había sentado un poco a descansar después de trabajar», algo que no era cierto. En ese momento, y cuando ya sabían que Carrasco había sido asesinada, comentó que su comportamiento le pareció «normal» y reconoció que cuando supo que Raquel había sido detenida se sorprendió. «Siempre he pensado que se ha visto implicada en algo en lo que ella no tiene nada que ver», dijo.

Además, prestaron testimonio la profesora de las clases y el coordinador de la casa de cultura de Trobajo en la que se celebran. Este último señaló que Raquel volvió al taller poco antes de las 22 horas del día del asesinato a dejar un tablón, que estuvo moviendo unas bolsas y que se llevó algo dentro de una de ellas, pero que su comportamiento no le pareció extraño.

El último en intervenir fue el agente de la Policía Local que avisó a Raquel en primer lugar de que la presidenta de la Diputación había sido asesinada y de que su amiga Triana y Montserrat estaban detenidas. Habló con ella hasta tres veces por teléfono y, según señaló, en ningún momento reconoció haberse encontrado con ellas.

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