Sueldos con morbo

La publicación de los sueldos de los servidores de la cosa pública ha puesto a las claras cuántos la sirven y cuántos se sirven, y cada lector habrá sacado conclusiones. El de Puente ha acaparado la atención, más que por erigirse como séptimo alcalde mejor remunerado, por un par de cuestiones con más morbo: tanto censuró a su predecesor por esta cuestión, en legítimo uso de la libertad de expresión que su partido intenta amordazar, que no se entiende cómo le ha plagiado de semejante guisa; por otra parte, retrata a los podemitas municipales que hicieron bandera de la remuneración del regidor para apoyarle. Reivindicación olvidada que da alas al cíclico rumor de la posibilidad de integración de algunos de ellos en la lista socialista.

Mayor interés y reconocimiento suscitan los ajustados salarios de Polanco, alcalde de Palencia y presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias, y de Javier Iglesias, presidente de la Diputación de Salamanca, 11.700€ año y dedicación parcial a la institución. Este último dato debería sonrojar al resto de los presidentes de las diputaciones de la región, con un sueldo medio de unos 60.000€ y un techo en César Rico que supera los 80.000€. Un elemento más para cuestionar las diputaciones, porque si Iglesias con dedicación parcial y modesto salario gestiona bien su predio, los demás ¿no podían imitarle? La respuesta, o disponen de mucho tiempo libre o la eficacia no brilla en su gestión. Cs debería volver a la carga de suprimirlas, aunque a Fuentes la cuestión salarial le haya pasado desapercibida, porque las funciones que desempeñan en los pueblos deberían asumirlas las delegaciones del gobierno autonómico, aunque así terminaría el clientelismo y esto estimula el olvido de PP y PSOE.