Soria mira a la Meca

Soria mira a La Meca. Lo aclaro. No me refiero al atildado ex ministro canario con querencias manifiestas a paraísos fiscales , denostado por muchos a cuenta del lío del carbón y también enfrentado al sableador Montoro, sino a la provincia más oriental de nuestra bendita Comunidad, de gentes hacendosas, la menos lejana de la ciudad santa del islam. Un total de 120 alumnos de la capital ha solicitado asistir a clases de religión mahometana el próximo curso, iniciativa pionera en Castilla y León fruto de la libertad de culto y del derecho constitucional a formarse en ella.

Los estudiantes de origen musulmán serán instruidos en las bases e historia del islam, biografía del profeta y valores como la convivencia o la tolerancia, dentro de un enfoque más social que religioso. Objetivamente, siempre es preferible impartir este credo en las escuelas, bajo un control de los contenidos, que no en otros espacios donde la libertad mal entendida pueda derivar hacia el radicalismo. Ahora la dificultad estriba en encontrar docentes. Quizá haya que recurrir al anuncio por palabras: se necesitan imanes -ojo, no de los metálicos- y algún ulema, para ejercer en Soria. Razón: Consejería de Educación.

Hace algo más de mil añitos que un tal Almanzor, militar hábil a la par que despiadado -sus expediciones no eran las de «Dora la exploradora»-, anduvo de campañas por estos predios para tratar de contener el avance cristiano hacia el sur. Estuviera o no en la mítica batalla de Calatañazor, llegó maltrecho a Medinaceli, en litera porque ya no podía cabalgar, y expiró. Nunca llegó a imaginar el belicoso caudillo sarraceno que, precisamente aquí, los niños cursarían en la escuela los preceptos coránicos. Ha llevado mucho tiempo, pero al fin se constata la importancia de la educación, del conocimiento del otro sin imponer ni excluir, tanto para desterrar la violencia como para afianzar la concordia. Algo hemos avanzado.