Ganadería

Soria clama por retener la oportunidad de actividad y vida con la macrovaquería

Empresarios, partidos, instituciones, sindicatos y colectivos sociales apoyan el proyecto, pero hay voces que alertan del impacto ambiental y los daños al sector

Una explotación de vacuno de leche en Castilla y León Ical

I. JIMENO

Con poco más de 155 habitantes y un padrón que, como muchos otros y especialmente en Soria , languidece y no encuentra freno, que una empresa esté dispuesta a invertir 93 millones de euros en un proyecto que puede generar 250 puestos de trabajo , parece un sueño. En Noviercas es una realidad, aunque lejos de vivir un idilio. La iniciativa de la cooperativa navarra Valle de Ondieta de crear en esta zona entre la comarca del Moncayo y el campo de Gómara una macrovaquería con al menos 17.000 cabezas de ganado ha desatado la caja de los truenos y no es recibida con el mismo agrado por parte de todos.

Partidarios y detractores se reúnen en torno a un proyecto que si bien unos ven como una esperanza de revitalización de esta deprimida zona y de la provincia, otros cargan contra el daño que puede generar en un sector del vacuno de leche sumergido en una dilatada crisis . Opiniones muy dispares se aglutinan y superponen sobre el proyecto en Noviercas, cuyos ecos han llegado incluso a los vecinos territorios de País Vasco, Navarra y Aragón. Para unos, la «General Motors de la vaquerías en Europa»; para otros, el «monstruo lácteo » que puede convertirse en otro fallido «Eurovegas».

Lo que sí ha conseguido es unir voces muy dispares a favor de la oportunidad de empleo ¡y de vida! que supone para Soria, una provincia con más de 10.300 kilómetros cuadrados para 90.000 habitantes, 39.000 en la capital y el resto repartidos por medio millar de núcleos de población, la mitad con menos de 100 personas. 8,8 habitantes por kilómetro cuadrado, entre los datos más bajos de España y la Unión Europa, lejos de las ya bajas cifras de Castilla y León, con un promedio de 25 almas, y aún más de los guarismos nacionales: 92.

A esa oportunidad apelan y se agarran los defensores de la macrogranja proyectada en Noviercas. Casi una treintena de instituciones, partidos políticos, sindicatos, movimientos ciudadanos y empresarios han estampado esta semana su firma mostrando su apoyo al proyecto, con el deseo de que, «siempre conforme a la normativa vigente», fructifique la tramitación necesaria.

«Valoramos muy positivamente esta iniciativa, por implicar un revulsivo socio-económico , así como una importante oportunidad de generación de actividad económica y, en definitiva, progreso y vida para nuestros pueblos, comarcas y para la provincia de Soria», clama el documento en el que se encuentran las rúbricas de PP, PSOE y Ciudadanos, UGT, FOES, Cecale, Cámara de Comercio, AJE, Asaja-Soria, numerosos alcaldes de la zona de Noviercas, la Diputación, el Ayuntamiento de la capital, la Universidad de Valladolid y Caja Rural de Soria.

Actividades auxiliares

Muestran su apoyo a la millonaria inversión «sabedores de la importante repercusión» que el proyecto «tendrá en la economía provincial» en un territorio con una tasa de paro del 12,25%. «Ayudará -añaden- a dinamizar el sector agrícola-ganadero y, por tanto, el medio rural», a la vez que «creará puestos de trabajo directos e inducirá la creación de actividades auxiliares».

La suma de rúbricas de «apoyo unánime de la sociedad soriana» se contrapone a la campaña puesta en marcha por COAG en change.org contra el «monstruoso proyecto», reclamando su «paralización» , pues, alertan, la producción anual estimada (unos 180 millones de litros de leche) « vendría a sustituir a 432 explotaciones familiares y destruiría 726 empleos en zonas rurales».

Las voces defensoras del proyecto, sin embargo, inciden en que, además de perderse desde hace tiempo ganaderos a nivel nacional -en Soria quedan dos- «por la falta de rentabilidad», España es «deficitaria» en leche, consume un 13% más de lo que produce.

Ni siquiera en el mismo sector la opinión es unánime. Entre las organizaciones agrarias están las voces más críticas , pero también los apoyos. Asaja Soria está entre los firmantes a favor. A nivel regional, su líder, Donaciano Dujo, reconoce que una granja de esas dimensiones -en Castilla y León, de media, cada explotación tiene entre 100 y 150 cabezas y la más grande se queda en unas 1.500- «no es nuestro modelo», pero «no se pueden poner puertas al campo» . Ese proyecto «va a echar fuera a muchos ganaderos», alerta Adoración Martín, de UCCL. Y «totalmente en contra» de lo que considera «contrasentido» y ataque al medio rural, Aurelio González, de La Alianza UPA-COAG. «El modelo americano no se puede trasladar a España».

Desde los empresarios, el presidente de la patronal soriana y castellano y leonesa, Santiago Aparicio , advierte de que en un mercado globalizado el «no» a este proyecto «no es una opción» y se «impone la competitividad empresarial» . Llama a aprovechar la «oportunidad» del fin de las cuotas lácteas y cuestiona las opiniones «malintencionadas, carentes de cualquier información objetiva con el único ánimo de alarmar a la población».

Argumentos esgrimidos también en la declaración institucional aprobada por la Diputación de Soria. El futuro de la provincia «pasa por que haya empresas que creen empleo», resalta su presidente, el socialista Luis Rey, quien echa mano de los datos del padrón para ilustrar la crítica situación que vive Soria: tiene la mitad de la población que en 1960. Apela a la «solidaridad que este territorio ha tenido antes con otros» para que ahora se lo devuelvan.

Vertidos

El posible impacto sobre el medio ambiente es, precisamente, uno de los argumentos empuñados por quienes se manifiestan en contra. Apuntan a la generación de purines . Pero las voces a favor señalan, con la defensa del medio ambiente como premisa, que «no habrá vertidos masivos» y la gestión «es un concepto mucho más avanzado y más respetuoso con el medio ambiente y con el cambio climático que la tradicional mediante esparcimiento de purines».

La cuestión medioambiental es la que, según el alcalde de Noviercas, Pedro Jesús Millán, «echa para atrás» a algunos en un pueblo eminentemente agrícola. Pero, señala, «la mayoría está a favor» de un proyecto para el que contactó hace un año con la cooperativa, que declina hablar, que desde 2014-2015 lleva fraguando levantar una macrogranja. Están «a expensas de lo que nos presenten», una vez que Valle de Ondieta ya tiene las 900 hectáreas de terreno que necesita (598 compradas a particulares a unos 5.000 euros la hectárea y 280 de terreno público en una concesión a 25 años).

«El Ayuntamiento no va a desembolsar nada», recalca el regidor, quien incide en que la apuesta por este proyecto está directamente vinculada a que «nuestro objetivo es luchar contra la despoblación» en una localidad donde en invierno no duermen más de 80 personas , unos cincuenta ya superando los 70 años. «Pero hay que hacer la intención. No se puede luchar si no hay empleo. Es la primera premisa», resalta Millán, quien advierte de que si la actividad no se instala allí, muy cerca están Navarra o Aragón «y al final la repercusión va a ser igual y no nos lo quedaremos en Soria y en Castilla y León». Ante la alarma levantada, apunta que el consumo de agua asociado a la macrogranja (entre unos 2,5 y 3 millones de litros al día) «está bastante estudiado por la diputación».

Desde la Junta de Castilla y León, la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, ha abogado por « buscar el equilibrio y el consenso» entre el propósito de «no desperdiciar oportunidades» y que la nueva actividad «no invada ni limite la capacidad de otras explotaciones que ya estén instaladas».

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