Sonorama Ribera: todo listo para un disfrute ‘seguro’
Con cinco conciertos en uno, mascarillas y la prohibición de comer o beber durante los espectáculos arranca hoy una versión pandémica del festival
Clara Nuño
La venta de entradas comenzó bien a principios de verano. Había ganas y la situación parecía tranquilizarse. Pero la quinta ola «se ha notado» en las semanas previas al inicio del festival, explica, en declaraciones a ABC, Juan Carlos de la Fuente, uno de los organizadores del Sonorama Ribera, horas antes de que éste dé el pistoletazo de salida en Aranda de Duero; la localidad burgalesa que acostumbra a triplicar su población con motivo del evento. Este año no lo hará. Se espera a unas 4.300 personas, mientras que el aforo que manejaban en un principio era de 5.000 asistentes, por lo que aún quedan entradas para los más rezagados. Desde la organización se muestran optimistas, aunque la preocupación porque algo «salga mal» sigue muy presente.
«La presión de que haya un brote existe, claro, es un miedo lógico y natural, pero debemos ir avanzando hacia la normalidad. Creo que es valiente y responsable, hay que intentar ir hacia delante», observa de la Fuente para señalar que ayer el festival dio trabajo a 300 personas y hoy a 400, mientras que, en circunstancias prepandémicas, este tipo de eventos generaban 2.500 empleos en Castilla y León, con un impacto económico de más de 160 millones de euros.
«Hay que tener en cuenta que buena parte de la economía de la ciudad en verano se nutre del Sonorama», agrega preguntado por las críticas que han recibido al celebrar el evento en un momento en el que la crisis sanitaria aún persiste. Y es que el festival no sólo impacta en Aranda, también lo hace en las localidades y comercios aledaños. Es el caso del Hotel Milagros Río Riaza, un negocio especialmente afectado por los estragos de la pandemia. «Tenemos un total de 35 habitaciones y estamos bastante llenos, aunque aún nos quedan algunas libres», trasladan a este periódico desde un hospedaje que ha pasado buena parte de la pandemia cerrado debido a la falta de clientela. El Sonorama, afirman, es «un soplo de aire fresco». Sobre todo para el sábado, el día en el que actúa uno de los grandes cabezas de cartel, ‘Vetusta Morla’. Además, como es tradición, en el hotel ribereño se aloja la «sorpresa» invitada que tocará junto a los artistas ya desvelados. Otros años han pasado por sus estancias grupos como ‘Viva Suecia’ o el cantautor Ángel Stanich.
Así, este año el cartel estará compuesto por artistas como ‘Amaral’, ‘Sidonie’, ‘Arde Bogotá’, ‘León Benavente’, ‘La La Love You’, ‘Cala Vento’, ‘Delaporte’ o ‘Ginebras’, entre otros. La situación, como ya es de sobra conocido, es poco habitual y, por ello, el formato del festival también es muy diferente en comparación a las multitudinarias ediciones anteriores.

Un escenario para todo
La edición de 2021 contará con un único escenario donde se desarrollarán todos los espectáculos: «Hemos dividido al público en diferentes sectores, de 1.000 personas cada uno. Por lo que habrá cinco conciertos en uno y así evitaremos aglomeraciones», describe de la Fuente preguntado por la organización del evento. «Todo el mundo va a ver el mismo concierto desde diferentes ángulos», aclara. Algo parecido afirmaba días atrás el director del festival, Javier Ajenjo, en declaraciones a la agencia Ical: «Afrontamos esta edición con el máximo compromiso y optimismo. Por eso, se han adaptado una serie de protocolos sanitarios, a fin de evitar un aumento de contagios por Covid», como la obligatoriedad de la mascarilla, el hecho de que todos los conciertos sean sentados o que haya zonas especiales de restauración. No se podrá comer o beber durante las actuaciones. Además, las pulseras que deberán portar los asistentes permitirán a la organización llevar a cabo una trazabilidad de casos si se produjesen contagios.
En lo referente a la duración, también habrá una ligera variación en comparación con las ediciones pasadas: los cabezas de cartel tocarán en torno a los 70 y 80 minutos, mientras que los grupos emergentes contarán con entre 45 y 55 ídem. «Siempre hemos sido un festival de conciertos ligeros. Lo que sí ha variado es la cantidad de grupos y el horario al que estamos sujetos», añade de la Fuente para finalizar con que todos y cada uno de los días el festival terminará a la una y media de la madrugada. Una particular Cenicienta.
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