Ignacio Miranda - POR MI VEREDA
Socorro y trigo
«La tendencia natural a llevarse más de lo que corresponde no iba a dejar al margen la cadena alimentaria»
Últimamente andaban un poco apagadas las organizaciones agrarias en lo concerniente a protestas, consecuencia quizás del cansancio final del verano y del hartazgo de denunciar una situación injusta, cuando los amigos de Asaja montan ellos solitos una semana entera de reivindicaciones en Soria. A lo grande. No todo van a ser fotos a pie de tractor, en plan buen rollo, con la ministra o la consejera. Si los toreros para consagrarse se encierran con seis astados tirando de oficio, valor y madurez ante el público, a los agricultores y ganaderos ya no les vale con dar la campanada un día sino varios, tratando de machacar su mensaje de socorro por los bajos precios sobre el yunque de la opinión pública.
Mientras la madrileña calle Ferraz se torna en monte en plena berrea, cuyos testarazos secos resuenan por el barrio de Argüelles a pesar del ruido del tráfico, la plaza Mariano Granados de Soria se hace campo y mercado. Solidarios con los vapuleados productores, centenares de vecinos han acudido al reparto gratuito de varias toneladas de cebollas, harina de trigo, arroz, peras traídas de La Rioja y leche llegada del Cerrato palentino, ya que en la provincia apenas quedan granjas de vacuno. Algo normal, por mucha resistencia numantina que se tenga, cuando producir un litro le cuesta al ganadero 33 céntimos para luego venderlo por 29.
La tendencia natural a llevarse más de lo que corresponde no iba a dejar al margen la cadena alimentaria. Como de la parcela al mostrador sólo hay tres eslabones -productor, industria y distribuidor- no debe ser complicado detectar dónde surge el abuso. Urge una reordenación efectiva del mercado interior, defendiendo la producción nacional, y mejorando el etiquetado para informar al consumidor de lo que compra. Entre todos debemos evitar que se muera un poco más la tierra de Alvargonzález.