Sin sentido

La decisión de Ciudadanos de expulsar a sus dos diputados provinciales por Soria se me antoja un verdadero tiro en el pie. No sólo es que el partido se quede sin representantes en la institución provincial, es que puede haber puesto en marcha un movimiento muy amplio de concejales que en breve dejarán el partido. La causa de la expulsión no es otra que el apoyo que los diputados dieron a una moción del PP en defensa de la Diputación de Soria y de la necesidad de esta institución en una provincia que llega a tener densidades de población increíblemente bajas.

El argumento esgrimido por el cabeza visible de la formación en esa provincia de que no todo en la política soriana es la Diputación es de lo más peregrino y suena más a diferencias de carácter personal que a razonamientos políticos de interés general para la formación. Sinceramente creo que se les ha ido la mano, porque esta contundencia es la que se pide para los casos de corrupción, pero no en los casos de diferencias de criterio sobre cuestiones que además no son materializables en el corto plazo.

Habrá que ver cuales son las consecuencias ahora en la provincia, porque Ciudadanos puede perder muchos de sus representantes en los ayuntamientos, además de que era el partido que apoyaba al gobierno del PSOE en la institución provincial. Aunque en principio los expulsados han avisado que no romperán el apoyo a los socialistas, no es menos cierto que en breve anunciarán su nueva línea política, que parece que no se alejará de reeditar la Plataforma por el Pueblo Soriano que fue la base de la que Ciudadanos se nutrió para lanzarse en la provincia.

La nueva política no puede ser cercenar visiones diferentes en el seno del partido y menos en algo tan endeble como lo ocurrido en Soria. Más bien parecen viejas mañas que tendrán su consecuencia para la formación en esta provincia.