Sin reflejos en la EBAU

La dificultad mayor en las pruebas de acceso a la universidad para los castellano y leoneses es un hecho conocido, contrastado y arrastrado desde tiempo atrás, que se ha permitido con la pasividad acostumbrada. Los efectos resultan muy lesivos para las familias que deben soportar el gasto de desplazamiento de sus hijos a otras comunidades, para los alumnos que no pueden optar al ingreso en las universidades de su región o en las mejores del país, y para la despoblación de la región, porque los retornos no se producen. La prueba única parecía una solución justa, pero la CRUE vetó este asunto (cuando la Conferencia de Rectores abandone la endogamia la universidad española será competitiva) y el actual consejero de Educación se ha movido mucho para establecer una situación de equidad para los candidatos al acceso universitario en toda España con escaso éxito.

En estas, los socialistas a nivel federal marcaron posición con su negativa a la prueba única, a sabiendas del perjuicio que se causaba a esta región. Los populares de la Comunidad, además de bregar con este asunto, podían haber sacado réditos políticos de la posición del PSOE, pero, atemorizados por los menos diez diputados de todas las encuestas en Castilla y León, carecen de reflejos. La portavoz de la Junta apeló a que los profesores escucharan el clamor de la calle, algo que ningún alto cargo puede expresar; desde el partido se alentaron las movilizaciones de estudiantes de bachillerato, sin apercibirse que es un arma de doble filo, porque si la situación se enquista, los jóvenes dirigirán sus iras contra el Gobierno regional y será otra movilización continua en esta primavera, donde las batas blancas y los jubilados, a poco que haga buen tiempo, van a llenar las calles.