Luis Jaramillo - Punto de vista
Sin dilación
«Los casos de la «Perla Negra» y las eólicas han puesto a la Comunidad en el denominado mapa de la corrupción. Urge aclarar todos los extremos...»
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La noticia de que la Fiscalía Anticorrupción presenta una querella contra 21 personas presuntamente implicadas en la denominada «trama eólica» supone un salto cualitativo muy importante en un caso que hasta ahora se basaba en un informe de la Agencia Tributaria y una comisión de investigación, en punto muerto, en las Cortes de Castilla y León.
Que la Fiscalía presente una querella mete el caso directamente en los tribunales y levanta una tormenta política que, lógicamente, se encargan de atizar los partidos de la oposición pidiendo responsabilidades. Castilla y León no ha sido fuente de grandes escándalos en materia de corrupción, pero en este momento cualquier asunto suena, y de que manera, como un huracán político de grandes proporciones. Si además se trata de presuntas comisiones de más de 80 millones de euros (la cantidad en pesetas es inimaginable), no cabe duda de que estamos ante un caso que requiere urgente aclaración y explicaciones. La comisión parlamentaria abierta debe funcionar, aunque sólo sea por imagen de la vida política y los tribunales tienen que actuar para depurar responsabilidades. Ayer mismo, el presidente regional del PP, Alfonso Fernández Mañueco, pidió diligencia y rapidez en la investigación de los casos, puso la mano en el fuego por Juan Vicente Herrera y aseguró que si alguien lo ha hecho, debe pagarlo con toda la fuerza de la ley.
Para Castilla y León no son buenos momentos, ni va a ser un final fácil para el tramo de legislatura que queda. Aunque ha habido algunos problemas en estos años, los casos de la «Perla Negra» y las eólicas han puesto a la Comunidad en el denominado mapa de la corrupción. Urge aclarar todos los extremos y cerrar estos casos, caiga quien caiga, porque está en juego una vez más el prestigio de la vida pública y en buena medida su futuro.