Sevilla da el último adiós a su querido cardenal riosecano Carlos Amigo

El arzobispo Saiz Meneses destaca la inteligencia, la humanidad y la entrega a los demás del prelado

Misa exequial del cardenal Carlos Amigo en la Catedral de Sevilla ICAL

ABC

La Catedral de Sevilla ha acogido este sábado la misa exequial del cardenal Carlos Amigo, eucaristía en la que el actual arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, ha destacado la inteligencia, la humanidad y la entrega a los demás d e la que hizo gala el religioso riosecano durante los 62 años de su vida que dedicó a la Iglesia. Además, en la homilía ha recordado la «tranquila» conversación que tuvo con Carlos Amigo momentos antes de morir el pasado 27 de abril y «tras la que nos dejó con gran paz y serenidad».

El ritual comenzó con el traslado a hombros del féretro por sacerdotes diocesanos , laicos de la diócesis y religiosos Hermanos de la Cruz Blanca hasta la Seo hispalense. El recorrido se inició en la plaza de la Virgen de los Reyes , para continuar por las calles Cardenal Amigo y Alemanes, para después tomar la Avenida de la Constitución hasta entrar en la Catedral por la Puerta de la Asunción, reservada para acontecimientos muy solemnes de la Archidiócesis.

El cortejo estuvo formado por el turiferario , la cruz entre los ciriales, los seminaristas, acólitos, diáconos, sacerdotes concelebrantes, el Cabildo Catedral, el Consejo Episcopal y el arzobispo, monseñor Saiz Meneses, que estaba acompañado de otros cardenales como el abulense Ricardo Blázquez.

Una vez en el altar del Jubileo, el féretro se colocó en el centro del presbiterio bajo el paño funerario negro, de espaldas al altar y de cara al pueblo. Junto a él estaba colocado el Cirio Pascual encendido y, rodeándolo, cuatro candelabros. Además, en el féretro se colocó el báculo, la casulla y la mitra del cardenal.

Durante la homilía, monseñor Saiz Meneses ha repasado la trayectoria del religioso que nació en Medina de Rioseco (Valladolid) el 23 de agosto de 1934. Así, recordó que inició sus estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, para después ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores franciscanos.

Además, recordó su carrera eclesiástica, desde que en 1970 fuera nombrado provincial de la Provincia Franciscana de Santiago y, tres años más tarde, en 1973, arzobispo de Tánger. Después, el 22 de mayo de 1982 se convirtió en arzobispo de Sevilla y en 1984 fue nombrado presidente de la Comisión Episcopal para el V Centenario de la Evangelización de América. Además, desde noviembre de 2009 era arzobispo emérito de Sevilla.

Saiz Meneses ha asegurado que Carlos Amigo «paso su vida haciendo el bien con la palabra, con sus gestos y con el espíritu de la Bienaventuranzas» y recalcó que además de sus cualidades intelectuales, su principal virtud fue la entrega a los demás sin límites.

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