Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos
Sus señorías, en receso
«28 de los 36 senadores de Castilla y León se han acogido al finiquito porque ya se sabe que el verano aprieta en esta tierra»
Los hay que sufren mucho quince días al año. Y no hablo de las cuadrillas de vendimiadores, sino de los políticos que hacen campaña para irse de vacaciones al Senado. No es como recoger la uva con el covanillo al hombro -ya ve usted- pero termina uno con los riñones traumatizados de todos los actos en los que hay que dejarse ver. Esta vez les han reducido a cinco meses las vacaciones forzosamente en la Cámara Alta por ese antojo de no formar gobierno en la Baja. Y con el cabreo de la vuelta a la campaña han dicho sus señorías que ellos quieren cobrar el finiquito de nada más y nada menos que ocho mil trescientos cuarenta y cinco euros. Las vacaciones mejor pagadas del mundo. 28 de los 36 senadores de Castilla y León se han acogido al finiquito porque ya se sabe que el verano aprieta en esta tierra y que molinos tenemos muchos pero no sirven como ventiladores.
Informaba ayer este periódico de la noticia de que el paro en mayo en Castilla y León había descendido en dieciséis mil personas respecto al año anterior. Pero en junio repuntará porque habrá algún senador espabilado que desde que se disolvieran las Cortes el tres de mayo se haya apuntado al paro en nuestra región por si no repite en las listas del 26-J. Para aquellos que sí repiten no está mal que los cincuenta días, entre que dejaron el cargo y lo vuelven a coger, vengan con un pan o dos u ocho mil debajo del brazo.
Y dice mi vecino mientras recogemos en el buzón la tarjeta censal que como a él nadie le paga el tener que ir hasta el colegio electoral, el domingo veintiséis se quedará en su casa y si quieren que vengan a su salón los senadores y diputados de esta tierra para convencerle de por qué esta vez sí se van a poner de acuerdo. Y de paso que suban a la mía.