«Los Secretos no inventamos la tristeza»

La mítica banda liderada por Álvaro Urquijo recala este viernes en Valladolid en su gira de celebración de sus 40 años en los escenarios

«Los Secretos» ICAL

J. M. A.

El Laboratorio de Las Artes De Valladolid (LAVA) experimentará este viernes la magia de un viaje en el tiempo subido a los acordes de Los Secretos , que celebran sus 40 años de carrera profesional. Protagonistas de algunos de los temas más recordados y escuchados de la historia de la música española, Álvaro Urquijo explica a ABC que siguen «aprendiendo» en cada concierto «y al bajarse de cada escenario». Prometen nostalgia, «muy buen sonido» y complicidad con un público que ha sido clave para que «no tiráramos la toalla en nuestros peores momentos».

¿Cuál es la clave del éxito de Los secretos tras 40 años de trayectoria?

No tengo una respuesta muy clara para esto. Como banda, nunca nos planteamos vivir de la música a largo plazo. Fue como un juego de niños en el que luego te vas liando. Ha sido una sucesión de casualidades. Desde el principio intentamos hacer las cosas bien por dignidad profesional, aunque no coincidíamos con las tendencias musicales que había en ese momento. Sabíamos cómo queríamos sonar y qué queríamos transmitir. Éramos además bastante pioneros en nuestra época, aunque también eso nos pasó factura con las multinacionales musicales por negarnos a seguir la moda y a vendernos al mejor postor. Esa fue una clave, pero siempre que te dedicas a esta profesión es tener a alguien que te siga. Así, es mucho más fácil continuar. Que haya gente que conecte más o menos contigo y que ponga tu música en su casa, en fiestas o hasta en bodas es una maravillosa cuestión de suerte y mucho más en nuestro caso, que nunca hemos sido número 1 en ventas. Hemos ido poco a poco y siempre confiando en un público fiel que nos ha mantenido.

¿Cómo está siendo la respuesta del público en esta gira aniversario?

Tengo que confesar que la empecé con poco agrado porque me decía a mí mismo «joder, ya estamos otra vez como un grupo carroza celebrando que cumplimos años». Ahora lo veo de otra manera y estoy muy orgulloso de devolver el cariño al público con unos conciertos de agradecimiento en los que nuestros propios fans han sido los que han elegido las canciones que tocamos. No dejamos ninguna época en blanco, aunque hay mas presencia de los discos de principios de los 90, que fueron los que tuvieron más repercusión. La gente se lo está pasando muy bien y creo que estamos consiguiendo que al menos no digan que estamos muy viejos y que sonamos mal.

¿Cómo resumiría o describiría lo que van a vivir este viernes los vallisoletanos que se acerquen a verles?

Nuestra intención es que salgan y digan que no hemos dejado de aprender en estos cuarenta años. Cada día que tocamos en un concierto hago una cosa antes que no hacía. A mí me costó horrores asumir el papel de Enrique, mi hermano. No es fácil cargarte un grupo a tus espaldas habiendo tenido a una persona con muchísimo carisma como líder y compositor. Nuestro éxito también es haber sabido aguantar el tirón cuando otros grupos habrían tirado la toalla o se hubieran cambiado de estilo. Llegamos a pensar que hacíamos lo incorrecto cuando no éramos cabeza de cartel en ningún lado o éramos teloneros de grupos que ahora nos telonean a nosotros... Nunca se nos cayeron los anillos ni nos dio vergüenza reconocer que no estábamos en el «mainstream», que éramos un grupo distinto de los demás, que no teníamos nada que ver con lo que se vendía, que nuestra estupidez nos hacía gastarnos casi el 80 por ciento de los que cobrábamos para estar al nivel de sonido que queríamos... Sabina nos decía que teníamos un «humillo» especial y por ahí hemos logrado sacar la cabeza a lo largo de estos años.

Siempre -o casi siempre- habéis cantado al amor o al desamor.... ¿Fue una decisión pensada desde el principio y cuál es la razón para haberla mantenido en el tiempo?

Escribíamos temas que nos hacían sentir cómodos y seguimos haciéndolo. Por desgracia o por suerte, nuestras letras parecen especiales, pero son exactamente la misma temática de un bolero, una canción soul, una ranchera, un blues... porque compartimos un mismo lenguaje. Los Secretos no inventamos la tristeza, la emotividad...

¿Como lleváis la convivencia con los estilos musicales que arrasan entre el público como el reguetón, el trap...?

Convivo fenomenalmente porque parto de la máxima de que si alguien le gusta muchísimo un estilo de música, sea el que sea, tiene mi respeto absoluto . Yo no puedo decir que mi gusto es mejor que el de nadie. Otra cosa es que igual le ocurre porque no ha escuchado otra cosa.

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