Sucesos

«Saqué a Denise para que la encontraseis»

El asesino confeso de la peregrina aseguró en la reconstrucción del crimen que quiso que hallaran el cuerpo

El asesino confeso de la peregrina Denise Pikka Thiem, Miguel Ángel Muñoz Telecinco

M. G.

Frío, muy frío. Como si estuviera contando una anécdota o una travesura. Pero no. No lo era. Su narración consistía en la puesta en escena del fatídico día en el que le quitó la vida a una persona, le arrancó las manos y la puso bajo tierra para que no la encontraran. Miguel Ángel Muñoz, el asesino confeso de la peregrina Denise Pikka Thiem, accedió tras ser detenido a realizar una reconstrucción de los hechos in situ cuya desconcertante grabación ha salido ahora a la luz. En ella, él, altivo por momentos, incluso parece presumir de sus conocimientos para ocultar cadáveres, tanto que comenta no entender cómo la Guardia Civil no dio con el cuerpo de la joven estadounidense y afirma que, ante esta situación, tomo la decisión de desenterrarla para que así dieran con ella. ¿Por qué meses después del crimen decides descubrir el cuerpo?, le preguntan. «La saqué para que la encontrarais», responde.

Saltando del llanto a la risa (siendo ésta la principal protagonista en su rostro), Miguel Ángel Muñoz narra de forma cronológica todo lo ocurrido en abril de 2015 cuando Denise le pidió ayuda a la puerta de su casa a la altura de Castrillo de los Polvazares cuando realizaba el Camino de Santiago. Con la paciencia de quienes le acompañan y necesitan los detalles, él responde a casi todo en esta reconstrucción. Eso sí, lleva la iniciativa y marca los tiempos. «Tranquilo, que está muy ansioso», llega a espetarle a un agente

Distante por momentos y buscando empatía en otros, trata de encontrar comprensión cuando cuenta los hechos. Explica que la joven le pidió ayuda sobre el camino a seguir y él la acompañó, pero en un punto notó que ella tenía «desconfianza», algo que no «vi lógico» porque «no le di motivos», expone el mismo hombre que acabó con su vida minutos después en el vídeo que este pasado jueves difundió el Programa de Ana Rosa de Telecinco. A raíz de ese «cambio» en ella, argumenta que le «cambió el chip». «Tenía un mal día» y, tras la «actitud» de la víctima, «me dio una locura, cogí un palo y le di en la cabeza». Acto seguido, Denise se cayó y se «golpeó el costado y la cabeza con unas piedras». Dice que se quedó paralizado y vomitó. «Estuve cinco minutos con ella a ver si podía reaccionar» y vio que empezó a tener convulsiones. «Me sentí que esa persona estaba sufriendo y le hice un corte en el cuello para que dejase de sufrir».

Si cruda es la narración del crimen como tal, más lo es aún la de la ocultación del cadáver. «Me tiré más de dos horas», dice con la cabeza alta respecto al tiempo que le costó llevar a rastras un cuerpo que, sin vida «pesa tres veces más» -según alecciona en el vídeo a los presentes-, hasta el punto en el que la enterró. «Hacía descansos y yo la miraba para ver si reaccionaba o algo», pero no. No lo hizo, porque le había clavado una navaja en el cuello para que «no sufriera».

Antes de enterrarla «le quité la ropa porque se descompone más rápido un cuerpo. Eso lo sabemos todos, no hace falta estudiar», asegura sobre un dato que muchos estudiantes desconocerían. También antes de empezar a cubrirla de tierra, le cortó la manos, justificando este acto en que «pensaba que entre las uñas o lo que sea podría dejar huella».

Una vez ocultado el cadáver estuvo un tiempo «pendiente» de si agentes de la investigación acudían a la zona. Pasados más de veinte días la policía fue a su casa pero «no había nada. No soy tan gili», asegura. Pasaron los meses y no volvió. Dice que le «resultaba imposible». Hasta que un día «vine y la desenterré». «Me costó muchísimo» por el olor del cuerpo de Denise en descomposición, explica. Incluso por un momento llega a comentar que «jamas se lo recomendaría a nadie» que se expusiera a ese «olor». Entonces la metió «en una saca» y «me hice dos kilómetros a cuestas con ella».

El motivo que le llevó a ese giro en su guión desde ocultar el cadáver a su exposición fue que «no me sentía a gusto conmigo mismo». Sabía que se limpiaba la zona en busca de pistas porque la Guardia Civil llegó como «una invasión» a la zona con helicópteros y perros. «Lo podían haber encontrado perfectamente», señala. Le «sorprendió» que no fuera así y dice que «la saqué para que la encontraseis», sino mantiene que se podría haber pasado toda la noche cavando una fosa y no habrían dado con ella, pero «no quería eso».

Cambio de versión

No coincide esta explicación con la que en su día expuso a la jueza instructora del caso, ante la cual afirmó que «la saqué y me la llevé a otro lado. Elegí ese lugar porque cuanto más lejos la llevara, menos sospechas habría de mí y más se podría pensar que era otra persona».

El extraño comportamiento en la reconstrucción de los hechos no es una excepción. Su cambiante estado de animo y frialdad también se dieron en su declaración ante la jueza. Un testimonio en el que apuntó que se sintió «como un monstruo» después de ver lo que había hecho y asumiendo que «lo pagaré caro».

También en sede judicial reconoció los hechos que negó tanto inicialmente como posteriormente, ya que ha cambiado su versión. Entones, contó lo mismo que se ve en el vídeo, que la mató. «No le hice nada más, ni abusé de ella ni nada más. Me arrepentí muchísimo».

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