Sanidad
Sanidad sacará a concurso las plazas de los nuevos directores de hospital
La sustitución de Eiros en el Hospital Clínico de Valladolid abre el cambio de modelo
Se acabó la designación directa, o al menos ésa es la idea. La Consejería de Sanidad, con Jesús María Sáez Aguado al frente, apuesta desde ya por elegir a los directores de los complejos hospitalarios de Sacyl mediante un concurso público que valorará en el currículo de los aspirantes tanto su experiencia como gestores de instituciones sanitarias como sus méritos en la práctica clínica. Además, según ha podido saber ABC, s e pedirá a los candidatos una memoria que esboce ante el tribunal los retos, mejoras y proyectos que tengan en mente ejecutar.
El modelo supone un giro «radical» que toma forma estos días con la redacción de la orden que el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicará a primeros de enero para ofertar la gerencia que José María Eiros deja vacante en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. El diputado nacional electo por las listas del Partido Popular de Valladolid recogerá la próxima semana su acta en el Congreso -está tramitando la compatibilidad de su actividad investigadora como especialista en Microbiología y Parasitología-, pero ya ha formalizado su salida de la dirección. De hecho, y aunque no fue hasta ayer cuando todos y cada uno de los trabajadores recibieron vía intranet una carta de agradecimiento y despedida, Eiros ya se desvinculó del Clínico el 22 de diciembre .
Desde el Sindicato Médico, su presidente en Castilla y León, José Luis Díaz Villarig , recibe la llegada de los concursos con satisfacción. «Nos parece perfecto que por fin se cumpla la ley y que se aporte la mayor transparencia posible a la elección de responsables médicos», asegura, aunque al tiempo matiza y reconoce la necesidad de «no poca afinidad» en un cargo que requiere la aplicación de directrices marcadas por dirigentes políticos. «No tendría sentido sacar a concurso ciertos cargos de confianza».
«Conejillo de Indias»
En cualquier caso, la sustitución de Eiros marca un punto y aparte, y servirá de «conejillo de indias» para esta nueva andadura de «cumplimiento de la legalidad» que, a falta de recorrido, despierta también incógnitas. Por ejemplo, la composición del tribunal que resolverá el concurso. Del perfil técnico o político del jurado dependerá que se fortalezca la idea de independencia que se persigue o que todo quede en fuego de artificio. No en vano, se «teme» que la decisión quede en manos de un jurado acaparado por altos cargos de la Consejería de Sanidad y otros gerentes de hospital, con lo que la «imparcialidad» de la elección quedaría en el aire.
En este sentido, Díaz Villarig apunta que los baremos tienen que ser públicos y que el procedimiento debe permitir la comprobación del fallo por todos los interesados. Por algo, recuerda, siempre existe un componente subjetivo en la valoración que puede inclinar la balanza en uno u otro sentido.
Además, aspirantes en este primer proceso no faltarán. Los últimos resultados electorales en los comicios regionales descabezaron un buen número de hospitales en comunidades como Aragón, Valencia o Castilla-La Mancha, donde, a falta de concursos, el cambio de color político volvió a traer consigo relevos generalizados.
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