Salvador Rus Rufino - Un tiempo propio
Retos ante el nuevo gobierno
«Es la hora de políticos realistas, dialogantes y capaces de soportar la presión asfixiante a la que se van a ver sometidos»
Ya está constituido el gobierno presidido por Pedro Sánchez. Los primeros pasos han levantado por igual expectativas y críticas. Es el primer gobierno de España formado por una coalición y apoyado por un buen número de partidos que rechazan o quieren cambiar la Constitución vigente.
A tenor de lo poco que se ha visto, oído y leído, lo que se puede decir es que se vislumbra un nuevo régimen político basado en una intensa influencia de los partidos en la vida política, quizá caminamos hacia una partitocracia que pretende carcomer a las instituciones para posteriormente sustituirlas. Esperemos que este vaticinio no se cumpla y que el régimen que salió de las urnas, de la concordia, del consenso y de la ilusión de los españoles, no muera o desaparezca. Este cambio, si se tiene que producir, debería contar con el acuerdo y el apoyo de una amplísima mayoría de ciudadanos, así no se considerará una maniobra gubernamental o partidista que tendría una vida muy efímera.
En este nuevo escenario político, ¿qué futuro lo espera a Castilla y León? La Comunidad está gobernada por otro gobierno de coalición que con sus votos se impuso a un PSOE que había ganado de las elecciones con claridad y rotundidad, pero sin mayoría absoluta o suficiente para montar una coalición para gobernar. La actitud del Gobierno en funciones anterior ante otras coaliciones, como la de Andalucía y Madrid, muestran que a corto, medio y largo plazo las comunidades no afectas al gobierno central lo van a pasar mal, o por lo menos, van a ver retrasadas y preteridas sus demandas e incluso sus derechos, como son las transferencias dinerarias que debe hacerse a las autonomías. Se mirará con lupa la política económica y en cuanto se detecte la más mínima desviación aplicarán toda la fuerza de la ley, sin margen de tolerancia alguno. No van a ser tiempos fáciles para el Gobierno de Castilla y León, que desde este momento es un Ejecutivo y es una Comunidad Autónoma que está situada en la oposición. Ante esta situación solo cabe hacer lo que se debe hacer en y por esta tierra y sus ciudadanos ni mirar ni considerar las coacciones de la coalición de gobierno de Madrid. El camino lo trazó Revilla votando con un rotundo no a la investidura de Pedro Sánchez, pese a las amenazas, por no decir chantaje, del actual presidente de acabar con el gobierno de coalición en Cantabria. Ahí sigue y seguro que seguirá.
En esta legislatura la política se ha configurado como una actividad apta solo para valientes, para actuar sin que al que gobierna le tiemble el pulso para proponer proyectos posibles y realizables, frente a utopías que solo generan titulares de prensa, gasto y, al final, nada de nada. Es la hora de políticos realistas, dialogantes y capaces de soportar la presión asfixiante a la que se van a ver sometidos, tanto en Castilla y León como desde Madrid. Ahora se tiene la oportunidad de plantear un salto de calidad para nuestra Comunidad en todos los órdenes. Es la hora de ocuparse de esta tierra y preocuparse por el futuro de los todos los castellano y leoneses.
El Gobierno con su presidente investido en el sexto intento va a embestir a todo aquel que se oponga a sus políticas, tienen experiencia en hacer llegar sus mensajes, saben utilizar el lenguaje en beneficio de un parte, todo el que se oponga a algo será descalificado como un opositor al progreso, alguien que defiende una postura ultramontana y retrógrada. Lo repito, es la hora de la Política con mayúscula, que es la que se preocupa por el bien de todos y no solo de una parte. Es tiempo para políticos valientes, con arrojo y sin complejos, porque se van a producir choques y críticas muy fuertes, que será necesario soportarlo con entereza de ánimo, paciencia y buen humor, porque hay mal que cien años dure.