Roberto Jiménez - Obituario
Luisa de Castro Ruiz: entre el Pisuerga y el Manzanares
«Desde hace tres años se ensimismó y ahora ha levantado el vuelo para reunirse con su esposo, su hermana Ángeles (la 'Señora de rojo sobre fondo gris') y su cuñado Miguel para bailar en otra kermés»
El asombro de una vida longeva y el milagro de diecinueve vidas alumbradas saturan la mirada curiosa de quien se acerque a la biografía de Luisa de Castro Ruiz, fallecida en Madrid el 28 de abril a los 96 años de edad, en su domicilio de la Colonia del Manzanares.
Esposa del escritor, periodista y dibujante Jesús 'Chuchi' Fragoso del Toro (1919-2003) y cuñada de Miguel Delibes (1920-2010), por encima de cualquier título o prosapia consorte y familiar, Luisa de Castro lució el blasón de madre: hasta diecinueve vidas iluminó y sacó adelante entre la posguerra y los años del desarrollismo, entre septiembre de 1946 y noviembre de 1969.
Enraizada en una familia de artesanos panaderos procedente de Castrojeriz (Burgos), acaso afrontó ese reto convencida de que todos y cada uno de ellos, desde Mara hasta Charo, llegaban con un pan debajo del brazo, el primero en Valladolid y el esto de la prole en Madrid, donde se fue a vivir en 1947.
Don Jesús, su padre, regentaba la tahona familiar en el número 3 de la calle de San Ignacio, que andando el tiempo contribuyó a crear en 1967, junto a otros despachos, la sociedad IPAVASA (Industrias Panificadoras Vallisoletanas), de cuyo consejo formó parte uno de sus hijos, Germán de Castro Ruiz, que junto a Luisa, Ángeles e Isabel completaban el plantel de vástagos.
El mismo día del bombardeo en Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, 'Chuchi' y Luisina sellaron en matrimonio, en la iglesia de San Miguel y San Julián, cinco años de noviazgo y abrieron la aventura del porvenir, meses antes de que lo hicieran su hermana Ángeles de Castro Ruiz y Miguel Delibes, entonces un caricaturista y catedrático de Derecho Mercantil que aún no se había estrenado como escritor.
Poco tiempo vivieron en su casa del Paseo de Filipinos, paredaña a la primera que habitaron juntos Ángeles y Miguel, ya que con un hijo y otro en curso liaron el maco en 1947 rumbo a Madrid, donde 'Chuchi' ya dirigía un semanario, se tituló en la Escuela Oficial de Periodismo y pisó las primeras redacciones de periódicos y revistas.
En 1962, con trece hijos y Fernando en camino, ya habían solicitado dos pisos en la Colonia del Manzanares, junto a la Casa de Campo, promovida por el gremio de los informadores, donde nacieron los restantes.
Antes de la mudanza, en la calle de Santa Engracia, malamente cabían todos en casa y pedían sillas al café de enfrente para sentarse a comer o cenar, pero sobrellevaban con humor las cargas de la progenie bajo la máxima de que el hermano mayor se hacía cargo del inmediato en el escalafón, el siguiente se responsabilizaba del posterior y así sucesivamente.
Esta estrategia y organización, así como otros detalles de intendencia doméstica, incorporó el realizador Fernando Palacios en la célebre película 'La gran familia' (1962), de la que 'Chuchi' y Luisina fueron asesores.
Caían los años y venían más hijos, diecinueve en veintitrés años (1946-1969), que hacían más nutrida las ingeniosas tarjetas de felicitación navideñas con todos los chicos en fila, unas veces en el zoo, otras caracterizados como un equipo de fútbol...
En 1969, cuando recibió el primer Premio Nacional de Natalidad por hijos vivos, todos univitelinos, tenía Luisina 45 años y dieciocho en casa aparte de los amigos que llevaban a jugar o compañeros del colegio para hacer los deberes, a quienes también hacía la merienda y extendía sus preocupaciones y servicios.
Del Manzanares al Pisuerga, visitaba de vez en cuando su ciudad natal, una de las últimas veces el 30 de septiembre de 2004 para asistir a la presentación de una novela inédita de su esposo, fallecido el año anterior, titulada 'El anónimo' y que editó Paz Altés (Cuatro y el Gato) como homenaje póstumo al periodista vallisoletano.
El 2 de mayo de 2008, en la Feria del Libro y junto a una decena de sus hijos, Luisa Castro asistió a la presentación del tercer tomo de biografías 'Personajes Vallisoletanos' (Diputación Provincial), coordinado por José Delfín Val y una de las cuales estaba dedicada a Jesús Fragoso del Toro.
Desde hace tres años se ensimismó y ahora ha levantado el vuelo para reunirse con su esposo, su hermana Ángeles (la 'Señora de rojo sobre fondo gris') y su cuñado Miguel para bailar en otra kermés como en aquella donde el fotógrafo les pescó sonrientes en una de las imágenes más difundidas de quienes, además de familia, fueron grandes amigos.
Desde el Pisuerga al Manzanares, un abrazo para Mara, Isabel, Pilar, Jesús, Lola, Belén, Ángel, Ana, Jaime, María José, Germán, Esther, Teresa, Fernando, Pablo, Juan, María, Marina y Charo.