Ríos de plástico y colillas en Castilla y León
Una treintena de entornos fluviales de la Comunidad acumula cerca de 441 kilogramos de basura de todo tipo, un desecho por cada 94 metros cuadrados
![Ríos de plástico y colillas en Castilla y León](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2019/05/26/basura-fluvial-U3011015792241PD--1248x698@abc.jpg)
Colillas, latas, botellas, envases varios, ruedas, mobiliario y así hasta 411 kilos de basura se amontonaban en 31 entornos fluviales de Castilla y León. Ríos de plástico y basura que acarrean una alteración de los ecosistemas perfectamente evitable con una dosis de civismo por parte de quienes disfrutan de la naturaleza, pero que no la cuidan y una vez acabada la jornada de ocio se retiran dejando atrás sus desechos.
Las cifras de basura hallada en estos espacios son el resultado de la última campaña de del proyecto Libera, creado por SEO Birdlife en colaboración con Ecoembes, que periódicamente convoca a voluntarios a limpiar los cauces y orillas de los ríos, así como embalses, barrancos y pantanos de toda España. En la última ocasión, cerca de ochocientas personas participaron en esta iniciativa.
![Ríos de plástico y colillas en Castilla y León](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2019/05/26/basura-fluvial2-k7BG--220x220@abc.jpg)
En una superficie de 194.000 metros cuadrados se hallaron 2.061 objetos, un resto por cada 94 metros cuadrados en plena naturaleza. Entre ellos, los más comunes, las colillas, esas que además de afectar a la salubridad del terreno, en verano, son también focos de incendios.
El plástico es el material protagonista de la gran mayoría de desechos. Sobre todo de envases de comida, bolsas y botellas, así como todo tipo de objetos de pequeño y gran tamaño.
Envases de comida
La mitad de todo el plástico producido en la historia se ha fabricado en los últimos 13 años y el 79 por ciento del mismo termina en vertederos o en el medio ambiente. Sólo el nueve por ciento es reciclado y el doce restante incinerado. En la naturaleza sus efectos pueden ser decisivos, ya que tarda entre décadas y siglos en degradarse. Valga de ejemplo que pueden pasar cinco años hasta que se descomponga una colilla, y cinco siglos en el caso de botellas de plástico y más de seis respecto al hilo de pesca, el mismo tiempo que hace que Cristóbal Colón llegó a América.
Los desechos contribuyen a la acumulación y dispersión de sustancias tóxicas, alteran los ecosistemas, transportan especies invasoras, afectan a la salud pública y provocan daños directos a la fauna por enredos o su ingesta.
Al mar
Los entornos fluviales son espacios sensibles por la escasez de agua y la contaminación que sufren, pero son además vehículos de contaminación, ya que arrastran la basura hacia los mares, donde se han encontrado plásticos a 10.000 kilómetros de profundidad, explican desde el proyecto Libera. Cada año, más de medio millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de esos desechos que llegan a las costas y océanos.