José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
Retrato ante el cupo
«Si la Junta ha superado el trago, el calculador silencio de Mañueco sorprende, pues de él dependen los diputados castellanos y leoneses»
![Retrato ante el cupo](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2017/11/28/jose-gabriel-antunano-U10108239103OBG--160x110@abc.jpg)
El debate de la pasada semana ha girado alrededor del Cupo Vasco, esa antigualla constitucional que algún día deberán borrar de la Carta Magna. Se ha escrito bastante y no insistiré en el privilegio de unos pocos que vulnera la solidaridad social; agranda la desigualdad impositiva y económica; y desequilibra la cohesión territorial. Los presidentes de las CC.AA. socialistas se han tragado el sapo delante de Sánchez y entre los populares solo se ha escuchado la voz disonante de Núñez Feijoo y, en tono menor, la de Herrera, ayer en «El País», y Pilar del Olmo, claras y contemporizadoras, con la tesis del mal menor, tragar el cupo si se aprueban los PGE.
Si la Junta ha superado el trago, el calculador silencio de Mañueco sorprende, pues de él dependen los diputados castellanos y leoneses. Su opción no es el mejor camino para captar votantes indecisos o a los hastiados por la ambigüedad pusilánime de los populares. Cierto que ha demostrado astucia, mirando a sus adversarios. Tudanca, una vez más, ha ejercido de palmero de Sánchez: ni estuvo en la reunión de los barones, ni se la ha escuchado una palabra disonante. ¿Algún día pondrá los intereses de su organización por encima de los personales? Con gestos como este pierde fuelle en el liderazgo del PSCL. Pablo Fernández enfermó de mutismo, para que el otro Pablo no le aplique el 155. Sin embargo, lo más clamoroso ha sido la actitud de Luis Fuentes, instalado en su cómoda hamaca de la Cortes regionales, donde dormita: con el discurso de Rivera podía haber sacado pecho y abierto el debate, pero el olfato político no es su fuerte; lo suyo, no molestar al PP, aunque aquí C’s camine a la irrelevancia. Entre tanto, el retrato ante el cupo, Castilla y León no tiene quien le defienda.