Retana: «Me pongo en el pellejo de Ciudad Rodrigo y también diría que quiero un obispo propio»

El nuevo prelado cree que «el momento de la defensa ha concluido con la elección. Ahora, adelante»

José Luis Retana, durante su comparecencia ayer en Plasencia DAVID PALMA

Montse Serrador

En su primera rueda de prensa como obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, José Luis Retana ha dado sobradas muestras de su cercanía y carácter afable. Ante representantes de una treintena de medios de comunicación - la mayoría vía on line, ya que la comparecencia se produjo en el obispado de Plasencia , donde ejercía el ministerio- Retana ha trasladado con sencillez sus primeras impresiones ante la tarea que le ha encomendado el Papa, la de ocuparse de dos diócesis al mismo tiempo. Y eso que sus más cercanos colaboradores trataron de evitarle las preguntas más incómodas de las que, no obstante, salió más que airoso.

Así, el nuevo obispo no tuvo ningún reparo en calificar de «justa» la demanda de la sociedad mirobrigense y de sus instituciones para que la sede episcopal se ocupase de forma exclusiva, después de un vacío que ha durado más de tres años, si bien Jesús García Burillo estuvo al frente como administrador apostólico. «Me pongo en el pellejo de Ciudad Rodrigo y también diría que quiero un obispo propio», reconoció el mitrado. En este sentido, puso un ejemplo similar al añadir que «es muy justo que un pueblo quiera una escuela o un centro de salud» como, recordó, ocurría con su localidad natal, Pedro Bernardo (Ávila), que quería que la sanidad estuviera allí centralizada y no en el pueblo de al lado». «Lo han defendido y creo que bien porque para ellos es importante y eso significa que aprecian al obispo», añadió en referencia al movimiento social que, especialmente en el último año, pidió el nombramiento de un prelado propio.

Pero el resultado es el que es y por eso José Luis Retana cree que «el momento de la defensa ha concluido con el momento de la elección. Ahora, adelante, lo importante es ir todos a una con el obispo». Con este objetivo, se ofreció con «una colaboración leal para servir bien a nuestro pueblo», deseo que extendió a las instituciones y, especialmente, al Ayuntamiento. Y su petición es también la de pasar página al debate suscitado en la sociedad mirobrigense, que ha sido intenso, al igual que en la propia Iglesia, como lo demuestra el hecho, señaló, de que García Burillo haya permanecido tres años como administrador apostólico. «Ha sido así porque se quería tomar la decisión más correcta posible», lo que ha llevado a que se pidiera consejo a más de 170 personas cualificadas porque «el discernimiento no ha sido fácil».

A partir de ahora, explicó el obispo de Ciudad Rodrigo y Salamanca, comienza una labor de conocimiento de ambas diócesis, para lo cual se reunirá los días 23 y 24 con sus responsables para «conocer cómo está la situación y las necesidades pero, de momento, sin un plan previsto». El único plan será viajar, y mucho, algo que no le asusta, aunque asegura con humor que «viviré en la carretera, como Miguel Ríos» ya que «tendré casa abierta en los dos sitios». Y en esos dos lugares se producirá la ceremonia de entrada como obispo, en Ciudad Rodrigo y en Salamanca, en fecha aún por determinar. «Sí que me voy a lucir», concluyó con sorna.

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