Repuntan los robos con fuerza en viviendas tras el fin de las restricciones
El año 2021 se saldó con un 19 por ciento más de asaltos, que suben en todas las capitales salvo en Soria
Cada dos horas y media un comercio, bar, hogar, oficina o establecimiento abierto al público en general sufre un robo con fuerza en Casilla y León. El regreso de la movilidad ha traído de vuelta al ruedo de la criminalidad estos asaltos que con la pandemia habían reducido considerablemente su incidencia. Tal es así, que este tipo de infracciones subieron en 2021 en un trece por ciento en Castilla y León y ello a pesar de que en el primer semestre del año las restricciones tuvieron a los ladrones bajo «toque de queda».
Así, entre enero y junio las cifras eran aún inferiores a las de un 2020 en el que el mundo había parado en todos los sentidos, incluido el delictivo. Llegado el verano, una de las épocas en las que se denuncian más casos, volvieron a aumentar los robos, continuando a mayor ritmo en el último trimestre del año, especialmente en domicilios habitados. En este caso, el repunte es de un 20 por ciento más de infracciones que un año atrás a cierre de 2021. El volumen de casos entre octubre y diciembre en residencias es superior incluso al de un «normal» 2019 , de acuerdo con el último balance de Criminalidad del Ministerio del Interior elaborado en base a los datos facilitados por Policía Nacional y Guardia Civil.
Desde los cuerpos de seguridad advierten de que los casos de 2021 son aún un 14% inferiores a los datos prepandemia en base a ese primer semestre del pasado año «más parado» delictivamente hablando y entienden que el aumento es propio de la recuperación de la libertad de circulación y de las facilidades de acción que la vuelta de un escenario de rutinas y movimiento en las calles les brindan a los infractores, que estaban esperando ese panorama para volver a abrirse un hueco a viviendas habitadas por encima de sus vallas, rompiendo sus ventanas, inutilizando los de sistemas de alarma o franqueando sus cerraduras.
Desde la Unión Cerrajeros de Seguridad (UCES) advierten de que más del 80 por ciento los hogares se asientan en edificios construidos antes de 1990, y si las puertas siguen siendo las originales «ya no cumplen con los standards de seguridad para el que se crearon» y son «más vulnerables» ante las nuevas técnicas de apertura, como el bumping -en la que se usa una llave manipulada que al golpearla hace «bailar» los pistones del cilindro- o el impresioning -realizan una copia con unas finas piezas de aluminio que meten en la cerradura y en las que queda grabada la llave cuando el propietario abre la puerta, dejando sin saberlo hecho un molde-. De hecho, en el mes de septiembre la Policía Nacional detuvo en Miranda de Ebro a tres miembros de un grupo organizado itinerante especializado en esta técnica.
El mismo mes caía en Valladolid la ‘banda BMW ’, que se daba por desarticulada tras cometer un total de 22 robos con fuerza, mayoritariamente relacionados con establecimientos comerciales, y a la que Policía Nacional y Guardia Civil seguían la pista desde principios de 2020.
Entre los principales o más particulares botines del año destacan los 70.000 euros en joyas de una banda de aluniceros -que fue desarticulada- en un comercio en la Plaza Mayor de Salamanca y un cuadro del pintor Vela Zanetti, valorado en 30.000 euros, que había sido sustraído de la vivienda de un empresario leonés y que se encontró en una casa de empeños de Lugo.
El incremento de robos en domicilios se registró en todas las capitales de provincia excepto en Soria, donde descendieron un 8,3 por ciento respecto a 2020. Aumentaron especialmente en Segovia (un 200%) y Palencia (120%), seguidas de Valladolid (95%), León (67,2%), Ávila (61,9%), Salamanca (47,9%), Burgos (40,2%) y Zamora (36,4%).
74.008 infracciones
Más allá de los robos, el balance de criminalidad de 2021 arroja un aumento hasta niveles de prepandemia de los delitos de lesiones y riña tumultuaria , pese a que durante meses las aglomeraciones y prácticamente el contacto social brilló por su ausencia. Destaca también un significativo descenso de los homicidios y asesinatos , un 18 por ciento menos, si bien los trece casos registrados son superiores a los ocho de hace dos años antes de que el Covid irrumpiera en el mundo.
En términos generales aumentó respecto a 2020 un 13,8 por ciento la criminalidad, aunque las cifras fueron un 3,45 por ciento inferiores a las de 2019. En total una suma de 74.008 infracciones, que dejaron una media de 31 delitos por cada mil habitantes.