Artes&Letras
Repertorio virtual de literatura olvidada
El grupo de investigación LETRA, de la Universidad de León, se lanza al rescate de autores de la Comunidad desde la Edad Media hasta el siglo XIX, esa parte de las letras más arrinconada y desconocida en la actualidad
El leonés Juan de Ferreras fue uno de los fundadores de la Real Academia Española y primer ocupante de la silla B de la institución, además de bibliotecario mayor de la Real Librería, que después se convertiría en la Biblioteca Nacional. El teólogo y obispo abulense del siglo XV Alfonso Fernández de Madrigal, apodado el Tostado, escribió treinta libros en latín y español en un periodo de veinte años y dio lugar a la expresión «escribir más que el Tostado». Al médico y humanista vallisoletano del XVI Pedro Sánchez De Viana, «se debe la que sería la traducción en verso más difundida de las Metamorfosis de Ovidio».
Los tres tuvieron en común su dedicación a la escritura y haber nacido en lo que hoy es Castilla y León. También comparten, en distinto grado, el olvido que el paso del tiempo ha impuesto sobre su figura y su obra. Un equipo de investigación de la Universidad de León, el grupo LETRA (Literatura Española y Tradición Clásica), dirigido por la profesora Luzdivina Cuesta Torre, se ha propuesto cambiar ese destino y reivindicar su trayectoria.
El proyecto muestra ya sus primeros resultados en el Diccionario en Línea de Autores Literarios de Castilla y León (DALCyL) , con una treintena de entradas firmadas por distintos especialistas. Están los imprescindibles Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz y se sumarán otros nombres conocidos y reconocidos, pero también, y sobre todo, aquellos cuya fama se ha ido apagando con el tiempo.
El poeta burgalés Antonio de Maluenda, el Abad Maluenda, recibió halagos del mismísimo Cervantes en su Viaje del Parnaso. Del médico y escritor vallisoletano Alonso López Pinciano se dice que inspiró al autor cumbre de la literatura española al escribir el Quijote y Persiles y Segismunda. Del salmantino de Ciudad Rodrigo Diego Tadeo González Ávila, conocido como Delio, dijo Menéndez Pelayo que era «digno de los buenos tiempos del habla castellana». Todos ellos integran la nómina de autores recuperados en el DALCyL.
El Diccionario da cabida a escritores no nacidos en Castilla y León pero vinculados a las provincias que hoy forman la Comunidad, como es el caso de Leopoldo Alas Clarín, «tenido por oventense» pero nacido en Zamora y que pasó la niñez entre esta ciudad y León. En esta ciudad, señala el texto firmado por Mª Ángeles Varela Olea, empezó a escribir e incluso estrenó un drama cuando tenía 10 años, tal como él mismo le contó en una carta a Benito Pérez Galdós.
Los autores del siglo XIX ponen el límite cronológico al DALCyL. A diferencia de otras iniciativas en el campo de la literatura, aquí el objeto de estudio escapa de los escritores del XX y XXI, para rescatar la obra de figuras anteriores. También marca la diferencia el hecho de no circunscribirse a una sola lengua, ya que muchos de los estudiados publicaron en latín y en castellano, señala Luzdivina Cuesta.
El proyecto renunció al carácter enciclopédico para reunir artículos en profundidad
Aunque en un principio la idea era realizar un diccionario de carácter enciclopédico, el avance de los trabajos hicieron cambiar de opinión al equipo. «Nos dimos cuenta de que esto tenía mucho más interés científico y mayor alcance; tiene un valor en cuanto a recopilación de información, pero es también investigación y, sobre todo, abre la puerta a profundizar en esa investigación», puntualiza la directora del proyecto, quien destaca las aportaciones sobre autores medievales poco conocidos.
Las entradas incluyen, además de la biografía, una detallada información de la obra y la bibliografía existente, localización y enlaces de manuscritos o ejemplares impresos y datos sobre la recepción de la producción por parte de la crítica, de otros escritores y de la sociedad del momento.
Así, del Padre Isla destacan Gemma Álvarez Ordóñez y F. César Gutiérrez Viñayo el éxito de su Fray Gerundio de Campazas : «En menos de una hora se vendieron trescientos ejemplares que estaban encuadernados. A las veinticuatro horas se habían vendido ochocientos y nueve libreros se emplearon en trabajar día y noche». También sus problemas con la censura: «menos de veinticuatro días después de su aparición, un decreto del Consejo de la Suprema Inquisición ordenaba suspender la impresión de la obra hasta nueva orden. El mismo día eran embargados los ejemplares existentes en la librería de Gabriel Ramírez».
Como excepción, aunque habrá más casos, también se incluye con artículo propio una obra, La pícara Justina, la singular novela de ambientación leonesa atribuida a López de Úbeda y cuya autoría se ha puesto en duda. Entre las anónimas que se prevé incluir próximamente figura El poema de Fernán González, avanza Luzdivina Cuesta.
Las entradas ya están enlazadas en muchos casos en la Biblioteca Digital de Castilla y León, como ocurre con Juan de Ferreras, Alfonso de Madrigal, Agustín de Montiano y Luyando, Bernardino de Rebolledo, Pedro Sánchez de Viana o Alonso de Cartagena. Y el propio DALCyL incluye vínculos a ese fondo cuando dispone de obras digitalizadas de los autores estudiados, un recurso que puede llevar a investigadores y lectores a ahondar en la obra de los escritores redescubiertos.
Colaboradores externos al grupo de investigación, especialistas y profesores de otras universidades, participan en esta iniciativa que no se ha puesto límites temporales ni en el número de artículos. El campo de trabajo es amplio y lleno de terrenos por explorar.
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