Reflejos de una ciudad en pandemia para concienciar
El Museo Patio Herreriano de Valladolid reúne obras de 20 fotoperiodistas que muestran la realidad de Valladolid durante los tres meses de confinamiento
Igual que los ojos del empresario Fábregas fueron los del lector ante una insólita Venecia por la que deambulaba el protagonista en «La isla inaudita», la novela de Eduardo Mendoza que sucedió a «La ciudad de los prodigios», durante los tres meses que se prolongó el confinamiento el trabajo de los fotógrafos de prensa se convirtió para una sociedad aislada por la pandemia del Covid-19 en una de las esenciales ventanas a la ciudad y a lo excepcional y traumático que en ella transcurría. «La ciudad inaudita», la exposición del Museo Patio Herreriano que toma prestado el «apellido» a la famosa novela del autor barcelonés, ha querido rendir homenaje a estos profesionales y a la ciudad de Valladolid, con una selección de los trabajos realizados entre los meses de marzo y junio.
Las salas 1 y 2 del museo reúne desde este jueves las instantáneas de de más de una veintena de fotoperiodistas seleccionadas entre un millar que plasman una ciudad -que es Valladolid, pero podría ser cualquier otra de España- insólita, desierta, pero también la «perplejidad» de los pocos que se asomaban a la calle para realizar rápidamente la compra o de aquellos vecinos que interactuaban de balcón a balcón en medio del aplauso a los sanitarios.
La idea surgió, ha señalado el director del museo vallisoletano, Javier Hontoria, al estudiar qué granito de arena podía poner este centro para «contribuir al tejido cultural de la ciudad», uno de los sectores que peor lo están pasando desde el inicio de la pandemia. Son muchas las «reflexiones» que quiere plantear, entre ellas, «los modos en los se está viendo afectada nuestra cultura visual en los tiempos convulsos que vivimos».
Calles vacías, de las que incluso así «rehuías» -comenta el fotógrafo de ABC, Francisco Heras-, el triunfo de la naturaleza sobre lo urbano, la dicotomía entre el adentro y la fuera, la sombra y la luz, el límite de la ciudad... son algunos de los conceptos y temas que abordan estas instantáneas de una muestra que Hontoria considera que «empatizará» con sus espectadores, una labor que cree también «muy necesaria» porque puede ser «un instrumento muy bueno para tomar conciencia» en esta nueva situación en que nos encontramos como consecuencia de la nueva oleada de contagios.
De hecho, de la muestra se desprende también un cierto halo reivindicativo y ligado a la ética periodística. ¿Hasta qué punto la mitigación del posible dolor que puedan desprender unas imágenes pueden hacernos ajenos a los real? Dos grandes vinilos con estadísticas sobre contagios y muertes a las que estamos más que acostumbrados emparedan a la entrada de la sala 1 una imagen de Alberto Mingueza, fotógrafo de «El Norte de Castilla», de una intervención de la Unidad Militar de Emergencias en la Residencia la Residencia de La Milagrosa: «Durante la pandemia se nos han cerrado las puertas de los principales escenarios de la crisis sanitaria, aunque desde fuera encontramos otros puntos de vista para seguir informado», resume su autor de esta instantánea tomada el 20 de marzo de 2020. Fue el sentir general de los profesionales. ha explicado Hontoria, pese a que algunos confiesan el miedo que sintieron al contagio en algunas de sus primeras salidas: «Una vez desterré todo ese miedo empecé a hacer fotos, a contar todo lo que pasaba por delante de mi cámara y me llamaba la atención. Estaba en la calle y debía ser los ojos de todas las personas que confinadas en casa no veían lo que sucedía fuera», explica Fernando Blanco, fotógrafo de ABC.
Así, mientras en la sala 2 la protagonista es una ciudad casi fantasmal, la 1 la toman los muchos trabajadores de los servicios esenciales -militares, sanitarios, pero también lo voluntarios para el reparto de alimentos-, los parques infantiles -disfuncionales, como los bautiza Juan Carlos Quindós- y las primeras salidas durante las sucesivas fases de desescalada a partir de mayo hasta alcanzar la fase de la «nueva normalidad» -o la (a)normalidad que llama la también fotógrafa de la Agencia Ical Míriam Chacón-.
«Es una exposición que nos va a hacer sentir reflejados porque nos devuelve a unos meses realmente duros», ha significado la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, presente en la inauguración, para quien el trabajo de estos fotoperiodistas fue «la ventana» que en aquellos momentos «necesitamos».
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