Quiñones defiende la eficacia del operativo en el incendio de Ávila

Después de seis jornadas, el fuego de Navalacruz baja a nivel uno de peligrosidad

Res calcinada en las inmediaciones de Sotalbo ICAL

Clara R. Miguélez

El primer aviso llegó a las 10:27 horas del sábado: un coche ardía en la AV P-415, cerca de Navalacruz (Ávila). A las 10:40 horas «alguien comunica que puede que se extienda a la pradera», lo que hace que dos minutos más tarde se haya activado el protocolo de incendio forestal y doce después salga el primer helicóptero, tras los preparativos imprescindibles. Así lo ha puntualizado el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que ha desplegado esta cronología en la rueda de prensa ofrecida tras el Consejo de Gobierno para defender «la profesionalidad y la labor rigurosa» de los operarios en el incendio que, a partir de aquel vehículo, ha asolado la sierra de la Paramera, con un perímetro de 130 kilómetros. «La activación de medios fue inmediata», aseguró, para añadir que «no se ha minimizado la importancia del incendio en ningún momento». Durante la tarde del jueves, el nivel de peligrosidad descendió al 1, tras seis jornadas desde su comienzo.

La Junta acordó pedir al Gobierno la declaración de zona catastrófica y anunció una estrategia de recuperación para ayudar a los damnificados. «Entendemos que la situación así lo requiere y esperemos que esa declaración se produzca en el menor tiempo posible», ha incidido el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea. A pesar de que el ejecutivo autonómico no proporciona números oficiales por el momento, el sistema europeo Copernicus estima que puede haber más de 22.000 hectáreas calcinadas.

Suárez-Quiñones admite que «cualquier operativo es susceptible de mejora» y que se seguirá incrementando el presupuesto antiincendios, pero también reseñó el papel que jugaron las características ambientales que dieron alas al fuego. «Ha sido un incendio extraordinario», confiesa. «El operativo fue rápido, pero al analizar los resultados se obvian los factores que lo hicieron imprevisible y peligroso», señala. Que el fuego cumpliera la temida regla ‘30-30-30’ -más de 30 grados de temperatura, más de 30 kilómetros de extensión y menos de 30 por ciento de humedad- dificultó echar freno al desastre, aunque el titular agradeció a la población su actitud y la ayuda llegada de otras autonomías.

El consejero ha subrayado que en las labores de extinción de la gigantesca quema participaron 2.230 personas, y que se mantendrán medios ‘vigilantes’ y labores de enfriamiento para evitar que se reavive, ya que ayer el incendio permanecía activo, aunque estable. Es decir, «sin llama, pero en peligro de reproducción».

Suárez-Quiñones no ha terminado su comparecencia sin pedir responsabilidad ante una época plagada de incendios, tanto en el plano local como en el internacional. Él mismo había comenzado con el aviso de que estaba recién controlado uno en San Felices de los Gallegos (Salamanca), y luego anunció otro que se acababa de desatar en la zona soriana de Barca y Almazán. En ese sentido, señala que algunos incendios nacen de chispas accidentales, pero que tampoco cesan los delitos de los pirómanos o son menos relevantes los ‘descuidos’.

Por el momento, tanto al norte como al sur de la sierra de la Paramera hay «cientos y cientos de personas afectadas» , confirma el diputado por Ávila Jesús Martín, que corrobora también que la Diputación está distribuyendo agua embotellada a la población. Coordina los envíos de ayuda a ganaderos y otras víctimas y ya filtra las captaciones para evitar que la ceniza se cuele en el agua.

Mientras el sector agrario afronta pérdidas totales o parciales, llegan camiones de paja, forrajes y otros suministros y se calcula el impacto en la biodiversidad, los alojamientos rurales del Valle del Amblés y de toda la sierra acusan un torrente de cancelaciones turísticas, recoge Ical. Desde la plataforma SOS Turismo Rural de Ávila piden que no se les descarte ante el paisaje quemado: «No queremos que nos den nada, pero pedimos a los visitantes que, en la medida de lo posible, sean comprensivos y sigan adelante con su plan» , subraya su portavoz en la provincia, Julio Sánchez. También los bienes de interés cultural están siendo objeto de revisiones, contó Igea. En resumidas cuentas, toda la región se palpa todavía, en busca de daños.

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