Sociedad
«Me quedé sin trabajo y ya no puedo pagar los recibos»
Los afectados se ven obligados a pedir ayuda por la falta de empleo
Con una mezcla de vergüenza y resignación acuden los afectados por la denominada pobreza energética a solicitar apoyo. «Es la primera vez que pido ayuda», reconoce a ABC una de las solicitantes de la campaña puesta en marcha por el Ayuntamiento de Valladolid que prefiere no desvelar su identidad ni su imagen.
«Me quedé sin trabajo en el mes de junio y ahora no puedo pagar los recibos», explica esta mujer que lleva desde 2007 en España y además tiene una niña de un año a su cargo.
Tuvo que dejar su trabajo cuando su hija llegó a España y desde entonces las dificultades han crecido considerablemente para ella. Ahora se ve en la obligación de solicitar ayuda para mantener unas condiciones adecuadas en su hogar y para que no le corten el suministro energético.
Lo mismo le ocurre a Fátima Boutaleb, desde hace 17 años en España. Ahora vive sola porque sus hijos, «ya mayores» han abandonado la vivienda. Después de trabajar en restaurantes, como asistenta y en todo lo que iba saliendo ha llegado el día en que no puede hacer frente a los recibos de la luz y el gas, aunque hasta el momento ha abonado todos. También es la primera vez que acude a las administraciones públicas en busca de apoyo porque no le queda más remedio. Hay muchos días en los que no enciende la calefacción en su casa y utiliza una manta para combatir el frío.
Por ello, cuando le comunicaron que el Consistorio vallisoletano facilitaba ayudas para evitar el corte de suministros energéticos a las personas más vulnerables acudió a solicitarlas.
No le importa reconocer que pide el respaldo de la institución vallisoletana para poder pagar la luz y el gas, al contrario que otras personas.
«No estoy robando nada», asegura una vez que ya ha presentado ante el registro municipal toda la documentación requerida para poder acceder a esa prestación social.