El pueblo de siete vecinos que se empeña en salvar su iglesia

Fuenteodra (Burgos) logra en tiempo récord los 30.000 euros necesarios para iniciar la consolidación de su templo, uno de los símbolos del Geoparque Mundial de Las Loras

Estado del interior del templo HISPANIA NOSTRA

P. Sedano

Poco queda del esplendor que debió tener la Iglesia de San Lorenzo Mártir, en Fuenteodra (Burgos) . El templo se halla en tal estado de abandono y deterioro que se cerró al culto hace casi dos décadas y desde enero de este año está incluido en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra , como patrimonio en riesgo de desaparición. Una asociación cultural intenta por todos los medios que su iglesia no termine convirtiéndose en un montón de piedra y madera. Temen que no llegue a pasar otro invierno con el agua rezumando por los muros, cascotes por el suelo y manchas de humedad, incluso con vegetación en algunas partes del templo.

De estilo gótico flamígero y construida en el siglo XVI, la iglesia de Fuenteodra cuenta con elementos arquitectónicos y decorativos que la convierten en algo único en la zona. Consta de una sola nave muy estilizada en altura, con dos tramos de bóvedas estrelladas y nervaduras de piedra. Su ábside es poligonal con potentes contrafuertes. Tiene una portada renacentista tapiada con arco rebajado, con columnas y hornacina con santo, situada en la cara oeste de la torre; y otra, la actual en el sur, tiene arco de medio punto moldurado. La torre es cuadrada, almenada, de carácter defensivo, con óculo a medio hastial sobre la puerta tapiada y cinco huecos en los cuales se encuentran dos campanas y dos campanillos, uno de ellos vacío.

Esperanza

Pero la historia del templo es la historia de una parroquia en uno de esos pueblos que se han quedado casi sin habitantes. De hecho, solo la preocupación de Hispania Nostra y, sobre todo, el esfuerzo de la Asociación Cultural Manapites han permitido recuperar cierta esperanza de volver a ver algún día la iglesia abierta . Javier Maisterra, presidente de la asociación, recuerda que el nombre que eligieron es el de una de las dos cascadas de la localidad y no tuvieron dudas «porque la otra se llama ‘Yeguamea’ y no parecía lo más adecuado». Cree que su esfuerzo puede despertar también el interés de las administraciones y el arzobispado, porque solos no tienen capacidad suficiente para salvar un templo que está casi en ruinas. «Resulta imprescindible el compromiso de las administraciones, al menos, para evitar que se caiga. Si llega el caso, ya nada tendrá sentido ni solución pero creo que aún estamos a tiempo», afirma Maisterra, que reconoce que un pueblo de siete vecinos y una voluntariosa asociación cultural no pueden hacer más que empezar un viaje que no podrán terminar si no consiguen otros acompañantes».

Exterior de la iglesia en la localidad burgalesa HISPANIA NOSTRA

Seguramente, el origen del problema está en la despoblación de esta zona, situada en un extremo del Geoparque de Las Loras, declarado Enclave de Interés Excepcional por la Unesco . Fuenteodra tiene doce vecinos censados, aunque solo siete viven en el pueblo durante todo el año. No es un caso único. El municipio al que pertenece esta pequeña localidad, situada a casi 1.000 metros de altitud, es Humada. Está formado por diez pueblos pero no llegan a sumar 120 vecinos censados, lo que supone una densidad de 1,6 habitantes por kilómetro cuadrado, aunque no todos residen en la zona de manera permanente. «Algunos llaman a la zona la Siberia castellana, pero yo prefiero compararla con el desierto del Sahara, que tiene una densidad parecida» cuenta Maisterra.

Microdonativos

Ante esta situación, han optado por pedir microdonativos por internet «para no limitarnos a pedir ayuda a las administraciones, porque hasta ahora no ha funcionado». La iniciativa les ha permitido reunir los 30.000 euros necesarios para poder iniciar la consolidación de la torre-campanario y los dos campanillos del templo, del siglo XVIII. La respuesta ha desbordado las expectativas más optimistas hasta llegar a más de 420 donantes , la mayoría nacionales, pero también algunos de fuera de España, con aportaciones que han oscilado entre los diez y mil euros. Es un logro, pero sobre todo una ventana a la esperanza, porque puede suponer el inicio de algo más ambicioso. De momento, el Arzobispado de Burgos se ha comprometido a elaborar un plan de consolidación y restauración con un calendario sobre las posibles actuaciones, empezando por la consolidación para frenar la ruina. Maisterra cree que eso contribuirá también a despertar el interés de las administraciones.

Lo cierto es que el aspecto del templo es lamentable, con grietas, humedades y desprendimientos. Maisterra reconoce que la parte más compleja y cara de la consolidación y posterior restauración será la de la cubierta, las bóvedas y los muros de la iglesia. No hay un presupuesto cerrado, pero si estimaciones que apuntan a cientos de miles de euros de coste.

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