Educación
La protección del menor: un reto en la sociedad digital
Andrea Martínez, docente en el colegio Liceo Castilla, forma a futuros maestros

Las medidas de protección de los menores son una constante en la ley en las últimas décadas. Sin embargo, la irrupción de las nuevas tecnologías ha abierto una situación nueva. Ya no se trata de riesgos físicos, sino digitales, de muy difícil control y cambiantes. La formación parece la clave para enfrentar esta nueva situación. Se trata de que los propios menores tomen conciencia del riesgo, sobre todo en el uso de redes sociales, pero también de que los padres utilicen el control parental de buena parte de los aparatos y aplicaciones y de extremar la vigilancia en los centros educativos con profesores con una formación también adecuada para enfrentar esta nueva realidad.
La tutora del Aula de Integración de Primaria del Colegio Liceo de Castilla (Maristas en Burgos), Andrea Martínez Menéndez, impartió a los alumnos de primero del grado de Maestro de Educación Infantil un taller titulado «La protección de la infancia en las TIC», en la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos. Es una de las actividades de la asignatura de Tecnologías de Información y Comunicación aplicadas a la educación, en la que los futuros maestros se forman, entre otros temas, en protección en redes sociales.
La formación ante los riesgos del uso de la tecnología es clave para prevenir problemas
Andrea Martínez tiene claro que «el mejor consejo es la prudencia, el sentido común y pensar en las consecuencias que pueden tener nuestras acciones». El problema es que los niños no siempre comprenden el alcance de esos peligros y las consecuencias de lo que ellos ven en ocasiones como un juego. Recuerda que al enviar determinadas fotos a las redes, los chicos y chicas tienen que ser conscientes de que pierden el control sobre su imagen y esas fotos pueden ser utilizadas en su contra.
Pese a la regulación legal de la protección de datos y, de forma más específica, de los menores, Martínez reconoce que «sigue habiendo muchas dudas, sobre todo por falta de conocimiento». En su opinión, sería bueno contar con un desarrollo de la ley con más detalle, que aporte más matices y aclare más cómo actuar. Uno de los problemas que se aprecian es que las redes sociales no exigen certificar la edad de quienes se dan de alta, que pueden aportar datos falsos. De hecho, muchos niños están usando sin problema las redes sociales sin tener la consciencia de que algunas publicaciones pueden tener incluso carácter permanente. En otras redes, la falta de permanencia de lo que se «cuelga» en la red supone también un problema añadido, porque hace muy difícil la detección y control de usos irregulares.
Uso del móvil
A ello se suma el uso de teléfono móvil a edades cada vez más tempranas. Muchos niños tienen móvil propio desde los once años. «El móvil les parece algo más privado y lo usan como un juego, sin tener sensación de que lo que difunden desde el aparato es algo real», afirma. Otro problema son algunos videojuegos, que en ocasiones ofrecen la posibilidad de conexión entre jugadores que no se conocen y pueden dejar también expuesto al menor.
Los derechos y deberes de los menores en la era digital, su protección y la detección de problemas y su resolución son un problema al que todavía no se presta la suficiente atención, aunque los centros educativos se están situando a la vanguardia.