«Por mi primo de 28 años»
La Plataforma por la liberalización de la AP-1 vive con «alegría» el cambio sin olvidar a las víctimas que dejó la «trampa mortal» de la nacional
Alegría, añoranza y dudas. Los sentimientos están a flor de piel entre los miembros de la Plataforma que lleva ocho años pidiendo la liberalización de la AP-1 cuando el final del peaje es ya un hecho cierto. Con una temperatura cercana a los cero grados, recorrieron la distancia que separa la Plaza Mayor de Briviesca del enlace entre la Nacional 1 y la AP-1. Las caras sonrientes se mezclaban con otras que dejaban ver el dolor de recuerdo triste de accidentes en la carretera nacional paralela a la vía de peaje.
La última voz que se oyó antes de guardar un minuto de silencio por las víctimas de accidentes de tráfico fue la de una mujer que cogía una flor y la depositaba junto al monolito central de la rotonda a las afueras de Briviesca. «Por mi primo, que tenía 28 años». A pocos metros, una mujer y su hija aguantaban las lágrimas por su marido y padre. Parte de los miembros de la plataforma han perdido a alguien en la trampa mortal de la nacional 1.
Los camiones y un tráfico denso han hecho de la carretera un lugar peligroso. «Algunos, por desgracia, tenemos que usar la carretera cada día», afirma el que durante estos años ha sido portavoz de la plataforma, Rafael Solaguren. «Rafa, la piedra angular de la plataforma», recordaba a viva voz otro de los portavoces, Julio Ceballos.
Ante el monolito, se concentraban las emociones, risas de algunos, lágrimas casi escondidas de otros y flores donadas por establecimientos de la zona y por los propios miembros de la plataforma que ni siquiera tiene un censo de integrantes porque «aquí viene el que quiera», decía Julio Ceballos. Antes del minuto de silencio, uno de los portavoces recordaba emocionado la «lucha» de años que «no hubiera sido posible sin apoyo de los vecinos». «Yo no soy mucho de rezar, pero el que quiera rezar que lo haga en este minuto», decía.
Tracas de petardos en lugar de campanas
Esta vez no acompañaban a los miembros de la plataforma las cruces de madera negras y el sonido de las campanas que eran protagonistas de cada concentración junto a la carretera tras cada accidente mortal en la carretera. Cientos de ellos en los últimos años. En esta ocasión se cambiaron por el sonido de tracas de petardos. Primero junto al peaje, cuando escoltados por la Guardia Civil comprobaron que en el peaje de Briviesca ya no había barreras. Eran las doce y media de la noche.
Después, hacia la una de la madrugada, el grupo seguía, cada vez más animado, con el aplauso fácil a cada comentario de los participantes en lo que ya no era marcha de protesta, sino celebración. Los petardos volvieron a acompañar al grupo en otro de los momentos emotivos. Se descolgaba del balcón consistorial la pancarta contra el peaje que durante cerca de 300 días acompañaba una pequeña pantalla digital que marcaba en números rojos los días que quedaban para el final de la concesión. Marcaba «000».
Nadie sabe qué va a pasar con la plataforma. Se creó para pedir el final del peaje de la AP-1. El objetivo está cumplido, pero hay sombras. Desde la plataforma se pedían también mejoras, sobre todo de seguridad, para la nacional 1. Dudan también de la capacidad de la nueva autovía para asumir todo el previsible incremento de tráfico sin un tercer carril del que se habla hace años pero sin concretar nada.
Noticias relacionadas