Un atracador histórico pide perdón al director del banco que asaltó con la mediación de Ana Botín
El condenado, que cumple pena en Burgos, le explicó que era toxicómano y recayó en las drogas cuando cometió el atraco
![Momento del encuentro telemático entre el atracador y el director de la oficina bancaria](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2021/02/05/justicia-restaurativa-U301101579224KNH--1248x698@abc.jpg)
Justicia restaurativa. Pedir el perdón tras romper todos los cristales. El último encuentro, celebrado el pasado viernes en la cárcel de Burgos, parece un guion de cine . Los protagonistas, un interno histórico condenado por robos con violencia, que entró por primera vez en prisión en 1987, y el director de una de las sucursales bancarias que atracó.
Julio , de 54 años, lleva media vida entrando y saliendo de la cárcel. En su historial hay robos con violencia, delitos contra la salud pública, robos con fuerza, tenencia ilícita de armas… y ha pasado por las prisiones de San Sebastián, Álava y El Dueso. En noviembre se apuntó al programa de Justicia Restaurativa , puesto en marcha por Instituciones Penitenciarias y que en esa cárcel cuenta con la mediación de la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa. Al preso, para empezar a resarcir a los que causó daño, se le ocurrió mandar una carta a la presidenta del Banco Santander, Ana Botín , en la que le pedía disculpas por los daños que causó a los empleados de las sucursales que atracó y le pedía reunirse con alguna de aquellas víctimas.
Aunque ha atracado lo que se le pusiera por delante, la mayoría de sus golpes los llevó a cabo en oficinas de esa entidad bancaria. En diciembre Julio recibió una carta de respuesta en la que la presidenta del Santander agradecía su iniciativa y le ofrecía su colaboración para facilitar el encuentro. La reunión se cerró para el viernes pasado. La víctima que accedió a escuchar al delincuente que le hizo pasar las peores horas de su vida fue el director de una sucursal de Guipúzcoa que el ladrón asaltó en 2014. Aquel día, el director no debería haber estado allí. Eran sus vacaciones, pero entró a su oficina porque tenía que hablar con un compañero. En mitad de la reunión se presentó el atracador pistola en mano. La sucursal estaba debajo de su casa en San Sebastián.
El interno, durante la cita, le dio las gracias y le explicó, sin justificarse, cómo era su vida entonces . Toxicómano desde la adolescencia, tuvo una recaída tras siete años sin consumir drogas. Había salido de prisión. Necesitado de dinero y dosis decidió atracar el banco.
Julio, que dice haberse convertido en otra persona, detalló a su víctima todo lo que ha dado de sí el tiempo entre rejas para cambiar su punto de vista y sus aspiraciones. Para él verse cara a cara con el director era el paso imprescindible. Le dijo que él era ese momento «representante de todas aquellas personas que fueron víctimas directas de su anterior vida delictiva».
No sabía que era una pistola de verdad
No es fácil pedir perdón, pero tampoco aceptarlo, escuchar a quien te causó noches en vela y te metió el miedo en el cuerpo. Por eso antes del encuentro, la otra parte, el director asistió a una preparación en los talleres que se llevan a cabo como vehículo de mediación . Tras escuchar atentamente a Julio, relató cómo vivió aquel día de 2014 y, entre otras anécdotas, el impacto que le causó enterarse por agentes de la Ertzaintza de que la pistola con la que fue apuntado por el condenado era un arma real y no de juguete como pensó durante los hechos.
![Patio de la cárcel de Burgos](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/02/05/carcel-burgos-U16630532185gZi-220x220@abc.jpeg)
El encuentro, de 45 minutos y realizado mediante videoconferencia por las restricciones derivadas de la Covid-19, finalizó con la solicitud de reparación por parte de la víctima: animar al condenado a emprender un camino distinto en la vida. Este se comprometió con ese cambio y tras darle de nuevo las gracias recibió esta respuesta: «De nada, todos somos personas».
El del viernes fue el segundo encuentro restaurativo realizado en el Centro Penitenciario de Burgos por la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa , que también lleva a cabo talleres con condenados en tercer grado o a penas alternativas a la prisión, y encuentros con víctimas directas o indirectas de los delitos.
Los talleres de Justicia Restaurativa comenzaron a impartirse en 2016 entre condenados a penas alternativas a la prisión. De las 38 personas que participaron en 2017 en aquellos talleres, hemos pasado a 855 participantes en 2020 en toda la Administración General del Estado.
En 2019 se introdujeron también en las prisiones con la participación, hasta la fecha, de 62 internos. A lo largo de 2021 el taller 'Diálogos Restaurativos' estará presente ya en las prisiones de 14 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla, según avanzó Instituciones Penitenciarias.
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