El PP corta las alas a las imposiciones de Génova en la crisis de León

La nueva maniobra de la dirección nacional del partido para nombrar a sus más próximos agrava la división en la formación leonesa

El secretario general del PP, Teodoro García Egea y el ya ex secretario provincial, José Miguel González

ISABEL JIMENO

La mano demasiado larga que desde Génova está intentando extender el Partido Popular en Castilla y León , rozando la desconfianza, se ha encontrado -esta vez sí- con el freno en la Comunidad. En la tierra del presidente de la formación de la gaviota, el palentino Pablo Casado, y más en concreto en el PP de León han cortado las alas -o, al menos, frenado el vuelo- del último movimiento para intentar colocar a sus peones. Esta vez, desde la formación que en la Comunidad encabeza Alfonso Fernández Mañueco sí han dicho «basta» y mostrado su «hartazgo». La gota que ha colmado el vaso de la paciencia se sitúa en León. La dimisión del que hasta el domingo fuera secretario provincial del partido en esta provincia -con impulso y bendición de Génova- y diputado electo el pasado 10 de noviembre, José Miguel González Robles, y el cese añadido de su gerente, Yolanda Gutiérrez, está detrás del enfrentamiento abierto entre las direcciones del partido a nivel nacional y provincial.

Cierto es que las desavenencias con la región no son nuevas y se remontan a hace casi un año. Pero esta vez la diferencia es que Madrid ha tenido que dar marcha atrás en una decisión unilateral: la designación de David Fernández como número dos de los populares leoneses en sustitución del dimitido José Miguel González. Y para mayor escozor en la herida abierta, la decisión unilateral de destituir a la gerente por «pérdida de confianza», vinculada directamente a la abrupta marcha de quien ni siquiera ha llegado a tomar posesión del acta de diputado después reconocer que no tenía el título de Derecho que ponía en su currículum.

Cierto es que Génova tiene el poder de decisión sobre los gerentes. Pero las discrepancias se han agrandado por la premura con la que ha tomado la decisión y su directa vinculación con el dimisionario , quien le acusa de la filtración sobre su título universitario. La decisión ha dolido en el seno de la formación a nivel autonómico. No en vano, Yolanda Gutiérrez es una persona cercana a Fernández Mañueco . Y sin olvidar que llega justo después de que la dirección nacional haya tenido que frenar su intento de imponer a otro de sus más próximos como número dos. David Fernández Menéndez, el elegido con la marcha del exdiputado electo humeando y aún caliente, es también una persona muy próxima al secretario general del PP, Teodoro García Egea. La mano derecha de Pablo Casado ya fue quien en agosto impuso José Miguel González en el segundo puesto del partido. Su presencia en aquel Comité Ejecutivo Extraordinario el pasado 2 de agosto no dejó lugar a dudas.

Vetos y gritos

Entonces, el presidente provincial, Juan Martínez Majo, «tragó» . Los malos resultados cosechados por el PP en las elecciones de primavera -que le costaron incluso a él mismo la Alcaldía de su pueblo, Valencia de Don Juan, y seguir como presidente de la Diputación- ayudaron a digerir la imposición. Ahora Majo se ha tenido que mover entre dos aguas: la afinidad que mantiene con Mañueco -le nombró delegado territorial de la Junta en León- y las decisiones de Génova. Del PP de León, pero con «visado» de Egea, salió el comunicado que daba el nombre de David Fernández como nuevo secretario provincial. Una decisión «precipitada», reconocen, pues debe ser el Comité Ejecutivo quien lo elija y ratificarlo la Junta Directiva.

Con ambos puestos vacantes, la decisión aún no está tomada y se intenta un acuerdo que podría pasar por que Génova elija al gerente, mientras que el secretario provincial lleve el «nombre» del PP de Castilla y León. «Más que poner a alguien» ahora «es momento de los vetos» sobre las personas que «no» se aceptan y de «gritos cruzados», señalaron a ABC fuentes del PP leonés.

Una de las opciones es José Antonio Maté , quien ya fuera gerente del partido en época de la difunta Isabel Carrasco y jefe de Gabinete de Antonio Silván mientras fue alcalde León. Próximo, como David Fernández, a Silván -elegido senador el pasado 10N- y quien no se descarta que aspire en un próximo congreso a hacerse con las riendas de un partido en el que las diferentes familias hacen del PP de León un auténtico polvorín.

Estos últimos movimientos consolidan el «hartazgo» en el seno del PP por los continuos intentos de Génova de imponer a sus peones desde Madrid sin conocer la realidad de las provincias, generando problemas, según han reconocido a ABC desde el partido. Un afán de control en la tierra de Mañueco, quien no apoyó a Casado en las primarias, pero desde donde no se han mostrado gestos de deslealtad con el presidente nacional. El temor también está instalado a que después las maniobras ataquen por los flancos de Zamora y Soria, sin olvidar Valladolid. Y no son nuevas las imposiciones, con las que hasta ahora habían tragado: las imposiciones de los candidatos a las Alcaldías de Segovia y Ávila; que el vasco Javier Maroto sea senador por Castilla y León y el exparlamentario Ignacio Cosidó esté de personal de confianza en la Junta; apartar a Jesús Julio Carnero de su intención de seguir al frente de la Diputación de Valladolid...

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